El nuevo negocio de Paris Hilton es toda una sorpresa: vino espumoso en lata. La heredera, que ya tiene su perfume y su línea de joyería, quiere dedicarse ahora a la distribución vinícola.
Para el anuncio de este champán, Paris ha posado desnuda, cubierta con pintura dorada y tumbada sobre arena de un desierto. La bebida se llama Rich Prosecco, sabe a fruta de la pasión y a fresa, y ella la describe como «la recompensa idónea tras una dura jornada».
En Alemania ha comenzado a promocionarse y el próximo año lo hará en EE UU.
Paris, cuyo abuelo Barron Hilton, descontento con sus escándalos, decidió desheredarla, ha demostrado tener la capacidad de la familia para ganar dinero.
Sólo le falta, a la siempre polémica rubia, crear, como hiciera Jennifer López, una línea de lencería, por la que, a juzgar por las múltiples evidencias fotográficas, no siente, como tampoco su ex amiga Britney Spears, demasiado interés.
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