Actualmente son 74 los desfibriladores situados en edificios municipales y centros cedidos a colectivos y asociaciones, según han recordado desde el Ayuntamiento a través de un comunicado.

Recientemente se ha procedido a su revisión y actualización mediante la sustitución de baterías y electrodos, en un ejercicio de mantenimiento impulsado por el Servicio de Protección Civil del Área de Seguridad y que ha supuesto una inversión de 15.945 euros.

Así, antes de finalizar el año 2017 se adquirirán un mínimo de 36 desfibriladores más, una vez que concluya el proceso de adjudicación tramitado desde el Área de Derechos Sociales. Para esta adquisición está prevista una inversión de 60.000 euros. La misma cantidad se empleará en el 2018, por lo que para el próximo año habrá en total disponibles al menos 146 de estos dispositivos.

Estos nuevos desfibriladores se situarán nuevamente en edificios de titularidad municipal, museos, playas y en una línea circular de la Empresa Malagueña de Transporte (EMT), además de los que utilicen los profesionales de Protección Civil en sus atenciones a la ciudadanía.

La adquisición de estas nuevas unidades irá acompañada de una formación específica para su uso de hasta dos personas por cada uno de los desfibriladores. Se formará a los profesionales municipales de los centros donde se instalen, así como a aquellas personas que se estimen necesarias para garantizar su uso correcto.

Para ello, han detallado, se realizarán talleres con una duración mínima de cinco horas. Estos talleres se realizarán en el momento de su ubicación en las diferentes dependencias. Así, cuando en 2018 se complete la instalación de todos los nuevos desfibriladores, habrá 400 trabajadores municipales formados para su uso.

Cada uno de los equipos nuevos estará integrado por un desfibrilador semiautomático con electrodo para adulto, electrodo pediátrico, batería y bolsa de transporte; un paquete básico de reanimación cardiopulmonar (integrado por una rasuradora, tijera de ropa y mascarillas con válvula antiretorno para la reanimación cardiopulmonar básica); panel señalizador; papel informativo con el protocolo a desarrollar y vitrina con alarma acústica de apertura.

En España más de 45.000 personas fallecen todos los años debido a una parada cardiorrespiratoria inesperada. En muchos casos la muerte se habría evitado si alguien hubiera iniciado una maniobra de resucitación cardiopulmonar inmediatamente en el lugar del hecho.

Por último, han recordado que está demostrado que si el masaje cardiaco se inicia durante los cuatro minutos inmediatamente posteriores a la parada cardiorespiratoria la probabilidad de supervivencia aumente por encima del 50 por ciento y la persona podría recuperarse sin secuelas neurológicas.

La resucitación cardiopulmonar puede realizarse bien de manera manual o bien con la ayuda técnica de un desfibrilador. Por ello, la apuesta municipal "no solo se basa en el incremento constante de los desfibriladores sino en la formación de la ciudadanía como viene haciéndose desde hace años y de forma periódica junto a la Asociación de Médicos Intensivistas y Expaumi". Con motivo de las nuevas adquisiciones de desfibriladores, Expaumi ha ofrecido al Ayuntamiento la formación a 300 trabajadores municipales en técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP).