Madrileños y turistas decepcionados con el cambio de la Guardia del Palacio Real

  • Muchos jubilados llegados en autobús, algún turista y un grupo de niños han contemplado el relevo.
  • La mayoría espera algo "más espectacular".
Una madrileña fotografía con su móvil a los guardias reales. (ANTONIO NAVIA)
Una madrileña fotografía con su móvil a los guardias reales. (ANTONIO NAVIA)
ANTONIO NAVIA
Una madrileña fotografía con su móvil a los guardias reales. (ANTONIO NAVIA)

Con puntualidad inglesa, 12 guardias reales -centinelas y lanceros-, formaban a las 12.00 h ante la Puerta del Príncipe del Palacio Real. Cientos de personas, la mayoría jubilados llegados en autobús desde distintos puntos de la región, miraban atentos cada movimiento de los guardias. Tal y como sucederá

todos los miércoles de cada mes, varios centinelas y lanceros (guardias a caballo) han formado, acompañados por un pífano (una especie de flauta) y un tambor a la órdenes de las voces reglamentarias.

Madrileños de toda la región

Los relevos de los centinelas -cada 30 minutos- y de los jinetes -cada hora- se irán sucediendo hasta las 14.00 h. Los lanceros permanecen firmes con lanza o sables (según sean lanceros o coraceros) y, cada 15 minutos, y sin coincidir con el relevo de los puestos a pie, se desplazan por delante de la fachada.

Al acabar el relevo, los asistentes al cambio de guardia aplauden. Pero no han quedado demasiado satisfechos. "Me ha gustado, pero no vendría a verlo todos los días", cuenta Soledad. Es de Leganés y ha venido en un autobús que ha organizado el centro social de la localidad.

María, de 24 años, es de Becerril de la Sierra y también ha venido con un autobús organizado para los mayores de su pueblo. "Me ha parecido un poco escueto", cuenta, "pero volveré otro día a verlo entero". Se refiere a los relevos solemnes de la Guardia Real, que se celebran el primer miércoles de cada vez desde hace más de diez años, al igual que sucedía en la época de los reyes

Alfonso XII y Alfonso XIII. Dura 40 minutos y en él participan más de 400 personas y 100 caballos.

"No es nada de otro mundo"

"Esperaba algo más espectacular, como en Londres", cuenta Antonio, que ha venido desde Canadá. "Creo que Madrid está agotado por el turismo. Me parecen bien estas iniciativas, pero creo que para atraer el turismo, los madrileños deberían pararse a ayudar a los extranjeros. No he conseguido que nadie me ayude con el mapa", asegura.

Paco, Pepe y Miguel Ángel se han encontrado el cambio de guardia "por casualidad". "No es nada de otro mundo; podría ser más espectacular, más vistoso".

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