Es la primera vez que un juez permite en España que un alumno deje de ir a clase de Educación para la Ciudadanía. Lo ha hecho aquí y la decisión es momentánea, ya que falta que se dicte sentencia. Pasarán aún unos meses, pero mientras tanto cinco chicos de 3º de la ESO –curso en el que se imparte– no tendrán que cursar la materia de Ciudadanía.

Según el Juzgado de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) la suspensión cautelar «no afecta al interés general». Además, dice el juez que si se les obligara a ir a clase, el auto tendría un efecto contrario en caso de que la sentencia fuera favorable a los demandantes. Es decir, en caso de que finalmente se le quite la razón al Principado y al Gobierno central. Ambos establecen la asignatura como obligatoria. El TSJA ha dicho un sí puntual a cinco padres de alumnos y un no a otros dos porque sus hijos van a cursos donde no se imparte la asignatura. Un total de 38 han recurrido la negativa del Principado a admitir la objeción a la asignatura. Ahora, el Ejecutivo regional anuncia que interpondrá un recurso de súplica para que el tribunal rectifique. El consejero de Educación dijo ayer que la decisión «lesiona gravemente el derecho de la educación de los menores».

El presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco –a través de quien se está recurriendo–, confió en que la decisión del juez anime a más padres a objetar, porque «aún están a tiempo». El motivo es que «plantea problemas de libertad porque entra en temas que afectan a la moral y a los derechos más íntimos de una familia».

Una de las afectadas

Conchi Santirso. Su hijo está en 3º de la ESO. «Nunca ha dado la materia»

Tiene seis hijos y ha presentado cinco recursos. Primero objetó contra Educación para la Ciudadanía al Principado y se lo denegó. Después recurrió y ahora el juzgado le ha dado la razón en uno de los casos. Es una razón momentánea y afecta a su hijo Juan, de 14 años y en 3º de la ESO. Dice Conchi Santirso que el chico «nunca ha dado la materia» porque «objetamos con todas las consecuencias». «Nos arriesgamos y ahora ganamos una batalla, esperamos la victoria final».