Son casi todos jóvenes de unos 20 años. Todos peruanos. Llegan, se ríen, se hacen bromas, y se distraen hasta que Lucía enciende la grabadora y suena la música andina. Entonces todos se colocan en su sitio muy ordenadamente y siguen el paso como si el planeta dejara de existir.

Encontrarse, divertirse y bailar la música que conocen desde pequeñitos son los principales motivos que han reunido a los jóvenes peruanos que integran el Ballet Folklórico Arte y Tradición, que en fiestas representan algunas de las miles de danzas folclóricas que hay en Perú. «A mí me viene muy bien», comenta Nataly, de 18 años. «Lo hago hace años y me ha alejado de la posibilidad de entrar en drogas o en alcohol». Para Nataly, el grupo ha sido un refugio. Para Cristian, de 21 años, ha sido aun más: «No conocí las danzas peruanas hasta que llegué a Madrid y es lo mejor que me ha pasado en la vida».

Para el profesor, César Vilches, es mucho más que un entretenimiento y una forma de no sentirse sólo. Él es un experto en el tema, un diccionario abierto sobre bailes peruanos. «Es un mundo tan grande que se hacen  incluso investigaciones sobre estos bailes», cuenta César. «La gente, cuando quiere saber sobre esto, me llama, porque tengo cantidad de material del que se puedan imaginar».

La entrada al grupo es abierta, libre y gratuita, pero no tienen un lugar físico fijo donde hacer los ensayos. Al finalizar el último, en la Escuela de Bailes Nacho, donde a veces alquilan una sala por hora, los integrantes reúnen un euro cada uno y pagan por haber recibido su clase.