El diaconado permanente es una institución antigua en la Iglesia católica, recuperada por el concilio Vaticano II y que se instaurado en Zaragoza por el actual arzobispo. Los candidatos al diaconado permanente pueden ser varones casados, como sucede en este caso.

Los nombres de los lectores y acólitos son Pedro Antonio Serrano, Martín Jesús Sánchez, José Javier Martín y José Agustín Gabarre, este último, de etnia gitana, que cumplen su ministerio en las parroquias de San Miguel, Ejea de los Caballeros, Cristo Rey y Santa María, Reina de los Mártires, respectivamente, ha informado el arzobispado en una nota de prensa.

Según ha detallado, se trata de los cuatro primeros candidatos al diaconado permanente en la archidiócesis, del total de once que han solicitado ser admitidos.

Desde el arzobispado han indicado que una vez implantada por el actual arzobispo esta figura, un grupo de varones, casados y con hijos, en plena madurez de la vida solicitaron ser admitidos al proceso formativo, dirigido por el sacerdote y rector del seminario Fernando Arregui Moreno.

En la actualidad, los once candidatos se encuentran en distintas fases del proceso y reciben su formación en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA), mientras que la espiritual-litúrgica-pastoral, así como la ayuda para el discernimiento vocacional la encuentran en el equipo coordinado por Arregui.

LOS MINISTERIOS LAICALES

La Archidiócesis de Zaragoza ha explicado que se llama ministerio laical al que reciben en la Iglesia algunos laicos católicos, para desempeñar funciones específicas en la organización eclesiástica y cooperar con la jerarquía. Son los ministerios instituidos de lector y acólito, que se confieren a varones laicos con determinadas condiciones establecidas por la conferencia episcopal, mediante un rito litúrgico propio.

Se consideran oficios eclesiásticos, aunque no dan derecho a remuneración, ni sustentamiento por la Iglesia. Los ministerios laicales son recibidos por todos los candidatos a las órdenes sagradas.