Elizabeth Taylor, enterrada en un ataúd de 7.800 euros

Elizabeth Taylor ya descansa bajo la tierra del cementerio Forest Lawn Memorial Park de Glendale (California), lejos de su eterno amor-odio Richard Burton (enterrado en Ginebra, Suiza), pero cerca de su amigo Michael Jackson, quien reposa en ese mismo camposanto. Fiel a su amor por el lujo, la diva de Un lugar en el sol planeó un entierro excesivo, poco convencional y con detalles que, pese a lo trágico de las circunstancias, dejan claro que conservó el sentido del humor hasta el final. Te ofrecemos 7 detalles de la ceremonia que vale la pena recordar.

¿Por qué comenzó tarde el entierro?

El sepelio de Elizabeth Taylor se demoró exactamente 15 minutos por orden de su protagonista. Y es que la actriz, con fama de inconstante en los rodajes, expresó su intención de "llegar tarde a su propio funeral", como reza una expresión anglosajona usada para describir a los más tardones.

¿Por qué un rito judío?

Pese a haber nacido en el seno de una familia cristiana, la Taylor se convirtió al judaísmo en 1959, algo que, según señaló, llevaba muchos años queriendo hacer, aunque las malas lenguas achacan su cambio de religión a las prisas para casarse con Eddie Fisher. De ahí que la ceremonia fuese oficiada por un rabino.

¿Cuánto costó el ataúd?

La ley judía prescribe que sus creyentes deben ser enterrados con la menor demora posible, y en un ataúd sin marcas exteriores ni adornos. Taylor obedeció este precepto... Pero no del todo: el cajón que, adornado con flores, descendió esta mañana a la fosa estaba hecho de caoba y forrado de terciopelo rojo, elevándose su coste a la friolera de 7.800 euros.

¿Qué familiares asistieron al funeral?

A resultas de sus ocho matrimonios, la Taylor deja dos hijos varones (fruto de su enlace con el político Michael Wilding) y dos hijas: Elizabeth Todd, nacida de su relación con el inventor y empresario Mike Todd, y Maria Burton, adoptada por la diva y Richard Burton en 1964. Esta copiosa descendencia le ha dado 10 nietos (el mayor nacido en 1971) y cuatro bisnietos. Todos ellos fueron trasladados al cementerio en limusinas negras, aunque sin formar un cortejo al uso.

¿Qué poemas se leyeron en la ceremonia?

Colin Farrell, gran amigo de la Taylor, leyó el díptico El eco plomizo y el eco dorado del poeta victoriano Gerald Manley Hopkins. Aquí podéis leer unos versos de la primera parte:

¿Cómo conservarla..., hay algo, algo, no hay nada

En ningún lugar conocido, lazo o broche, o trenza.

O traba, cuerda, cerrojo o pasador o llave para retener

La belleza, preservarla, belleza, belleza..., de

La disolución?

¿Hubo reacciones negativas?

No, no las hubo... Pero pudo haberlas. La Iglesia Baptista de Westboro, el lobby fundamentalista que recibió las burlas de Kevin Smith durante la presentación de Red State, amenazó con boicotear el sepelio, dado el apoyo de la Taylor a la lucha contra el sida. Por suerte, sus protestas pasaron desapercibidas entre los fans que se habían congregado para despedir a la actriz.

¿Podrá visitarse la tumba?

Lamentamos decir que no: el cementerio Forest Lawn es un camposanto privado, y como tal sólo permite la entrada a los deudos de sus residentes. Los herederos de Taylor aconsejan a los fans que, en lugar de peregrinar hacia su lugar de descanso, realicen donativos a fundaciones benéficas y dedicadas a la lucha contra el sida.