Introductor de la gimnasia moderna en España, creador de los Gimnasios Reales para Alfonso XII y pionero de la fisioterapia. Estas son solo algunas de las actividades que realizó a mediados del siglo XIX don Francisco de Aguilera Becerril, más conocido como conde de Villalobos.

Padre del fundador del Museo Cerralbo, la institución madrileña le dedica este otoño una exposición: El conde de Villalobos. Los orígenes de la gimnasia en España, que tiene como objetivo reivindicar su figura coincidiendo con el bicentenario de su nacimiento y dar a conocer sus aportaciones a lo que hoy conocemos comúnmente como Educación Física.

Villalobos (1817-1867) fue, ante todo, un adelantado a su tiempo que reivindicó con investigaciones y estudios el papel de la gimnástica como elemento de mejora social. Ya en 1844 presentó al Gobierno el proyecto para establecer lo que se llamó Gimnasio Normal (germen de las posteriores Escuelas, Institutos y Facultades de Educación Física.

Además, publicó varias obras teóricas sobre la materia, realizó varios estudios científicos, fue el creador y director de los Gimnasios Reales donde entrenaban el Príncipe de Asturias, Alfonso XII, y su hermana Isabel; inventó varios aparatos de gimnasia y utilizó esta disciplina como medio para la rehabilitación de enfermos, convirtiéndose a la par en pionero de la fisioterapia.

El recorrido por la exposición comienza con un espacio dedicado a la gimnasia moderna y donde se pueden admirar ediciones de los más importantes libros sobre gimnasia europea desde el siglo XVI así como ejemplos de lo que suponía la actividad física como espectáculo, por ejemplo en el circo.

En la muestra también se puede ver una recreación del escritorio de Villalobos, con parte de su biblioteca original, aunque lo que probablemente llame más la atención de los espectadores será la reproducción a pequeña escala del denominado 'pórtico amorosiano' que incluía anillas, escalas, cuerdas, escaleras horizontales y una percha para trepar.

Realizada con la colaboración de instituciones como Patrimonio Nacional, la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, la Biblioteca Nacional de España y el Museo del Ejército, gracias a éstos se podrán contemplar también curiosos aparatos de gimnasia de los Gimnasios Reales y de un gimnasio segoviano de la última década del siglo XIX, que se asemejan muchísimo a los que Villalobos usó en vida.

Sin cesar en su empeño en pro del deporte y su institucionalización, el conde murió prematuramente con escasos 50 años cuando se preparaba para distribuir comercialmente algunos de los aparatos de su invención. Con ellos participaría en la Exposición Universal de París de 1867, donde sería galardonado con la medalla de bronce a título póstumo.