¿Inicias tu actividad en una empresa? Recuerda que tu futuro en ella puede depender en gran medida de la primera impresión que causes.

A tener en cuenta...

Aspecto.- Vístete adecuadamente, aunque otros lo hagan de manera informal.

Actitud.- Nada funciona mejor que mantener el optimismo y una postura entusiasta y positiva. Manifiesta tu satisfacción por estar allí y evita inmiscuirte en los problemas internos de la empresa.

Sociabilidad.-  Mézclate lo antes posible con tus compañeros. Pregúntales por sus vidas, aprende sus nombres y manifiesta tu interés por involucrarte en las actividades que puedan tener en común.

Información.- Entérate de dónde estás y de cuáles son las políticas y normas de la empresa. Si están escritas, pide una copia. Si no lo están, indaga. Es mejor preguntar muchas veces que cometer errores de procedimiento. Toma notas. Asiste a todas las sesiones de orientación y, sobre todo, escucha a los demás.

Eficacia.- Manifiesta tu voluntad de trabajar en equipo y no intentes otorgarte méritos. Toma la iniciativa y, si has acabado tu trabajo pendiente, pregunta en qué puedes ayudar a otros.

Esfuerzo.-  Que no parezca que trabajas a disgusto o de manera forzada. Cumple las horas fijadas y con una asistencia regular, para que no duden de ti si faltas por enfermedad.

Honestidad.- No emplees el tiempo laboral en tus asuntos privados. Aunque las empresas lo toleren en cierta medida, es una actitud que da mala impresión. Lo mismo puede decirse del material que usamos. Aunque no se note demasiado su falta, es de la empresa, no nuestro.

Con vistas al futuro

Indica tu intención de durar en la empresa. Busca un mentor o protector que pueda ayudarte a encarrilar tu trayectoria en ella. Aprovecha las oportunidades profesionales o sociales para conocer a los directivos. No tengas reparo en hablar con ellos y contarles tus planes y adónde esperas llegar. Las empresas prefieren empleados activos y ambiciosos frente a apáticos y conformistas.