La Policía Nacional y la Guardia Civil (los primeros en los centros educativos urbanos y los segundos en los rurales) vigilarán más de cerca las zonas próximas a los colegios donde se reúnen los alumnos, sobre todo de secundaria, cuando salen de clase: ya sea en la calle o en bares donde vayan a celebrar, en estas fiestas, el principio de las vacaciones.

Con este objetivo arranca la quinta fase del plan contra el consumo y tráfico de drogas en los centros educativos asturianos y, desde ahora, también en sus entornos. La intención es erradicarlo.

Desde que comenzó, hace poco más de un año, "hemos notado que hay menos chavales ajenos al centro y sospechosos de que puedan vender determinadas sustancias", aseguró ayer Adela Fuerte, directora del Instituro La Luz, de Avilés.

Ella es una de las representantes de los centros escolares que forman parte de este plan, pero también hay padres además de policías y guardias civiles. El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Miguel Virgós, Jesús Antonio Fernández, pide a los progenitores "que colaboren con los cuerpos de seguridad". Los dos (Adela y Jesús) asistieron a la reunión que ayer convocó la Delegación del Gobierno para analizar el funcionamiento del operativo.

Desde que se puso en marchase han detenido a cinco personas y realizado 53 decomisos, en los que se incautaron 338,6 gramos de hachís, 1,9 gramos de mariahuana y 1,9 de heroína.

El cannabis es la sustancia ilegal más consumida entre los jóvenes asturianos. Según el Observatorio sobre Drogas de Asturias, unos 2.000 adolescentes entre 14 y 18 años admiten que consumen todos los días de la semana.

De paisano

Los agentes que intervengan en la vigilancia de las cercanías de los colegios sólo irán vestidos de paisano cuando sea necesario, es decir, cuando vayan a realizar una detención. El resto de las ocasiones irán d euniforme, porque uno de los motivos de intensificar su presencia es que los traficantes, al verles, desaparezcan.