Una mujer aceptó hoy ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Valencia una condena de 15 años de prisión por rociar con gasolina a la amante de su marido y prenderle fuego. Como consecuencia, la víctima, que en el momento de los hechos tenía 20 años y una hija de dos, falleció.

La acusada, según explicó su letrado, está "muy arrepentida" y "afectada" por lo ocurrido, y "tan sólo quiere pasar página para volver a casa con sus tres hijos".

Inicialmente, el fiscal pedía para la acusada 22 años de cárcel por un delito de asesinato con la circunstancia de alevosía, mientras que la defensa solicitaba cinco años por un delito de homicidio con los atenuantes de reparación del daño causado y de arrebato.

Finalmente, se llegó a un acuerdo por el que la mujer cumplirá una pena de 15 años de cárcel y pagará una indemnización de 163.717 euros a la hija de la víctima, y otros 9.095 euros a su madre, con quien convivía.

El abogado de la acusada mantuvo que su representada se arrepintió de lo ocurrido "de forma instantánea" y que contribuyó a apagar el fuego con su bolso y una camiseta y a llevarla a La Fe para que fuera atendida.

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 24 de julio de 2005, cuando la acusada, D.T.L, de 30 años, cogió un recipiente de gasolina y se dirigió al domicilio de la víctima, con quien su marido mantenía una relación sentimental desde hacía varios meses, para prenderle fuego.

Una vez allí, en la confluencia de las calles Santiago Rusiñol y San Vicente de Paul, en el barrio de Orriols, la víctima llegó en un vehículo conducido por el marido de la acusada, quien esperó a que éste se marchara para derramar "de forma sorpresiva" sobre el cuerpo de la mujer la gasolina que llevaba oculta y prenderle fuego deliberadamente con un mechero para matarla, sin darle tiempo a huir o a protegerse.

Como consecuencia, la víctima murió 19 días más tarde en el Hospital La Fe de Valencia, centro en el que ingresó con quemaduras profundas de tercer grado que afectaron al 30 % de su superficie corporal.

La Policía detuvo a la acusada y a su marido, de 39 años, cuando circulaban con un vehículo después de que supuestamente dejasen a la víctima en la puerta del centro hospitalario y se marchasen sin dar más explicaciones. Posteriormente, el marido quedó en libertad y la mujer ingresó en prisión provisional.