El arzobispo de Granada, condenado a pagar una multa de 3.750 euros por coacciones

  • Tendrá que pagar diez euros durante 12 meses por presionar a un sacerdote para que no publicara un libro sobre la Catedral de Granada.
  • El juez los considera "dos ciudadanos iguales en derechos y obligaciones".
  • El denunciante se encuentra muy satisfecho con la resolución.
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El arzobispo de Granada durante su llegada al juicio el pasado 15 de noviembre
El arzobispo de Granada durante su llegada al juicio el pasado 15 de noviembre
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El arzobispo de Granada durante su llegada al juicio el pasado 15 de noviembre

El sacerdote Francisco Javier Martínez Medina fue presionado hasta límites «insoportables» para que, por su buena relación con los autores y su vinculación con CajaSur, paralizase el libro sobre la Catedral que estaba coordinando.

El juez Miguel Ángel Torres (Caso Malaya) atribuye el origen de todas las acciones del prelado contra el cura a la vinculación de éste con la caja de la Iglesia, ya que el arzobispo no mantenía buenas relaciones con su presidente.

Por eso, ha condenado al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez Fernández, al pago de una multa de 3.750 euros por un delito de coacciones y una falta de injurias.

Lo absuelve de otro delito de coacciones, lesiones psicológicas y contra la integridad moral. El juez destaca que el prelado acusó al sacerdote de forma «deliberadamente imprecisa» de apropación indebida en relación a la autoría del texto.

Iguales ante la ley

Martínez tendrá que pagar diez euros diarios durante 12 meses por el primer delito y otros diez durante 15 días por la falta. El sacerdote denunciante se ha mostrado satisfecho con la resolución al considerar que demuestra que «tenía razón».

En el orden penal son dos ciudadanos iguales en derechos y obligaciones.
En el fallo, el juez Torres recuerda que aunque en el seno de Iglesia la situación del arzobispo y del cura sea diferente, en el orden penal son «dos ciudadanos iguales en derechos y obligaciones», aunque
calificó el proceso de «peculiar e inusual».

El ministro de Justicia, Mariano Fernánez Bermejo, mostró su «respeto absoluto» a la sentencia. La Asociación Comunidades Cristianas de Base de Andalucía ya ha pedido al prelado que se baje de su «pedestal divino» y pida perdón públicamente.

Decisiones discutidas

Las decisiones de Martínez al frente del arzobispado grananadino han traído cola. Además de dejar sin misa a los vecinos de Albuñol hasta que dejaron de protestar por el traslado de su párroco, también decidió no renovar el contrato a un profesor de Educación Física de un centro dependiente de su archidiócesis «por no sentir la llamada de Cristo».

Sus ideas de cambio llegan hasta la Escuela de Teología, regentada por los jesuitas. El arzobispo quiere modificar la filosofía del centro e incluso ha creado una escuela propia para seminaristas.

20 líneas. Francisco Javier Martínez. La polémica llegó de Córdoba.- Madrileño de padres asturianos, Francisco Javier Martínez ingresó en el seminario con tan sólo 12 años, en 1959. Ha estudiado Latín, Humanidades, Filosofía y Teología.

En 1996 fue nombrado Obispo de Córdoba, donde permaneció siete años. Durante este tiempo fueron públicos sus conflictos con el entonces presidente de la caja de la Iglesia, CajaSur, Miguel Castillejo, quien al parecer mantenía una buena relación de amistad con el sacerdote que lo denunció.

El 15 de marzo de 2003 fue nombrado arzobispo de Granada. Tomó posesión de su cargo ese 1 de junio. Martínez cumplirá 60 años el próximo 20 de diciembre siendo el primer prelado español en sentarse en el banquillo.

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