Así lo recoge la publicación 'La economía de Cantabria', que edita el Gobierno regional con la colaboración de Banco Santander.

El número de noviembre señala que la demanda privada interna ha seguido siendo el soporte principal de la actividad, si bien su tendencia manifiesta una pérdida de tracción.

La inversión en bienes de equipo se benefició de una mayor utilización de la capacidad productiva y una mejor valoración del entorno cercano, aunque no consolida una tendencia sostenida de mejora, advierte.

Si bien señala que sí se percibe en la inversión residencial, aunque su contribución continuará por debajo del promedio histórico.

Por su parte, la demanda externa de bienes ha estado condicionada por el dinamismo importador. El mantenimiento de una política monetaria expansiva y el tono positivode la actividad en la Zona Euro son factores de impulso, a pesar del incremento de la incertidumbre. En este contexto, el aumento de la inflación ha vuelto a estar ligado al componente energético.

Desde la perspectiva de la oferta, el auge de la actividad se pudo observar en todas las ramas productivas, con un perfil expansivo en la industria, y algo desacelerado en construcción y servicios.

El mercado de trabajo, en el tercer trimestre, según la Encuesta de Población Activa (EPA), rompió la pauta interanual de creación de empleo. No obstante, la tasa de paro se situó en el 12,7%, con un diferencial de tres puntos y siete décimas respecto al dato nacional.