Las turbulencias políticas por las que está pasando Cataluña especialmente en los dos últimos meses están comenzando a pasar factura económica en la capital. La voz de alarma la dio este miércoles el sector hotelero, que confirmó sus malos datos el pasado mes de octubre.

La ocupación hotelera cayó siete puntos el mes pasado y la facturación lo hizo un 13%, llegando en algunos casos concretos hasta el 40%. Lo explicaba, visiblemente preocupado, el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos.

Clos facilitó detalles de esta difícil coyuntura para el potente gremio que representa y  detalló que los meses «convulsos» arrancaron en agosto con la huelga de los vigilantes de seguridad del aeropuerto del Prat y que el panorama se agravó con los atentados del pasado 17 de agosto en Barcelona y Cambrils. La crisis institucional en Cataluña ha dado la puntilla y ha generado que algunos prescriptores ya no contemplen la organización de congresos en la ciudad.

Hasta el pasado mes de julio, en cambio, el año estaba siendo «fantástico» y se estaba creciendo más que el anterior. Sin embargo, en octubre se registró un 83% de ocupación, perdiendo 7 puntos respecto a 2016, cuando se alcanzó el 90% y el precio medio de las habitaciones bajó 9 euros de media, de los 156 a los 147 euros.

A su vez, el ingreso por habitación disponible, con el que se calcula su rentabilidad, cayó un 13% de media (y en hoteles de cuatro y cinco estrellas hasta un 40%).

El sector no es optimista respecto al arranque de 2018 y apuntan a que durante el primer trimestre la ocupación podría descender 8 puntos porque las reservas «están bajando muchísimo», aseguró Clos, quien añadió que las de fin de año son un 40% inferiores a las de 2016.

Para poder actuar con celeridad y construir un muro de contención  ante esta «situación complicada», el gremio de hoteles ha pedido al Ajuntament y a la Generalitat que «relancen» la marca turística de Barcelona y que destinen el doble de lo que actualmente se reserva de la tasa turística a promover la ciudad, de 3.5 a 7 millones de euros.

El comercio también está sufriendo en carne propia las consecuencias de las numerosas movilizaciones políticas que han llenado las calles del centro en las últimas semanas. Desde la Asociación Passeig de Gràcia, su presidente, Luis Sans, calcula que las ventas han caído «entre el 20% y el 30% en octubre» mientras que septiembre fue «un mes normal».

Sans desveló que BarcelonaOberta, organización que  reúne a los principales ejes comerciales de la ciudad, llegó a pedir a las entidades soberanistas ANC y Òmnium  Cultural que las manifestación del sábado pasado en defensa de los políticos presos no se celebrara en el centro (esta se desarrolló en la calle Marina).

De cara a la campaña de Navidad, el comercio se muestra «optimista» en cuanto al consumo. La patronal de grandes superficies espera cerrar el año con un crecimiento del 3%.

El Ajuntament anunció para el próximo 23 de noviembre el encendido de luces de Navidad de este año. Se hará en La Rambla para rendir homenaje a las víctimas del 17-A.

La fiesta del comercio de Passeig de Gràcia, The Shopping Night Barcelona, se dedicará a la Gauche Divine y contará con 60 establecimientos participantes.

Así lo dejó entrever la última consulta del observatorio de PimeComerç entre sus asociados, que arrojó el dato de un 69,75% de vendedores que aseguraron que en octubre facturaron menos que en el mismo periodo del año pasado.