Granados admite que la reunión con Talamino le puso alerta, pero niega un chivatazo sobre Púnica

El exconsejero madrileño Francisco Granados.
El exconsejero madrileño Francisco Granados.
EFE/Ballesteros
El exconsejero madrileño Francisco Granados.

El exconsejero madrileño Francisco Granados ha negado este miércoles en el primer juicio del caso Púnica que el guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino le diera el soplo de que le estaba investigando y ha asegurado que nadie le dijo "nada de si se había colocado una cámara" frente a las empresas de David Marjaliza.

"Este señor no me dice nada de que haya una investigación abierta contra mi ni contra nadie", ha asegurado Granados durante su interrogatorio en la Audiencia Nacional, en el que ha reconocido que tuvo un encuentro con Talamino el 5 de septiembre de 2014, en las fiestas de Valdemoro (Madrid), en el que le dijo que "había compañeros suyos trabajando" en la localidad.

Sin embargo, ha admitido que "este comentario tan inocuo" le causó cierta preocupación porque le sonó "a advertencia", por lo que llamó al también acusado José Luis Caro, guardia civil en excedencia y amigo de Talamino, para que lo intentase aclarar y él le dijo que le extrañaba que el agente le hubiese dicho esto y que estaría "borracho".

El exconsejero ha negado que intentase confirmar la versión de Talamino con su asesor Caro y que advirtiera a Marjaliza para que ocultara pruebas y ha asegurado además que éste ya sabía que había una investigación en marcha contra él.

Ha añadido que en un encuentro que tuvo con él días después, Marjaliza le contó que "llevaba desde 2013 tomando medidas" porque sabía que le estaban investigando y que tenía "los teléfonos pinchados", por lo que borró "los discos de su oficina" y regularizó el dinero que tenía en el extranjero, pero que creía que eso "no tenía que ver" con Granados.

El dinero en Suiza

La fiscal Carmen García Cerdá ha comenzado el interrogatorio preguntándole por sus cuentas en Suiza y Granados ha reconocido, como ya hizo en instrucción, que tuvo dinero en el extranjero. "Como ya declaré en sede judicial, como había reconocido en 2014, yo tuve desde 1993 dinero en Suiza (...) Una cuenta que cerré en 2005", ha dicho Granados.

Sin embargo, minutos después ha asegurado: "Yo ya expliqué que cuando entré en política (en 1999) cerré la cuenta en Suiza". Además, ha dicho que el millón de euros encontrado en la casa de sus suegros es fruto de su actividad profesional e inversiones en bolsa y ha negado que lo ocultara tras un soplo de que estaba siendo investigado por el "caso Púnica".

Ha recordado que a raíz de destapar la prensa la investigación de unas cuentas en Suiza relacionadas con él y con Marjaliza dimitió en febrero de 2014 y volvió a trabajar en un banco de inversión y ha mantenido que su dinero procedía de su actividad profesional, que "era más que solvente", ha dicho, y de sus inversiones en bolsa.

Sobre sus cuentas en Suiza Granados ha precisado que Marjaliza se quedó con esos fondos "mediante un poder". Y ha concluido al respecto: "Yo ya no tengo dinero en Suiza y, si su señoría me lo permite, ya en ningún otro país".

Testimonio de un teniente

Este miércoles ha testificado también un teniente de la UCO de la Guardia Civil, que ha explicado que detectaron el soplo Granados por una de las escuchas telefónicas a los investigados y que, a raíz del mismo, estos empezaron a hablar menos por teléfono e intentaban quedar personalmente.

El testigo ha comentado que a pesar de que Granados ya se había retirado de la vida política "tenía un agenda de contactos bastante nutrida y se le vio acudir a empresas adjudicatarias del Ayuntamiento de Valdemoro". Ha añadido que además detectaron a exalcaldes y exconcejales que fueron a las oficinas de Marjaliza supuestamente para recibir dinero.

El guardia civil ha señalado que cuando registraron las oficinas de Marjaliza detectaron que faltaban papeles sobre las comisiones investigadas que luego fueron encontrados debajo de un colchón de una cama en el domicilio de su secretaria, además de documentación relativa a cuatro millones de euros que recuperó del extranjero a través de una compraventa ficticia de obras de arte.

También ha testificado el que fue jefe de unidad de Talamino, quien ha contradicho la versión que dio el acusado y ha asegurado que sí que intervino en la instalación de la cámara de vigilancia en el coche que después se colocó frente a las oficinas de David Marjaliza. Ha dicho además que la filtración de Talamino a Granados fue un impacto "importante no, lo siguiente".

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