La ultraderecha alemana se reorganiza, entre escindidos y nuevos aliados

  • Alternativa para Alemania ha entrado en una fase de reorganización a raiz de la escisión de su líder, Frauke Petry, dispuesta a fundar otro partido menos radical.
  • Por otro lado, el extremista Partido Pro Alemania, ha comunicado este fin de semana su disolución, para integrarse en la AfD y unirse a sus objetivos.
  • Con la crisis de los refugiados, la AfD llevó su discurso hacia la xenofobia y empezó a crecer hasta conseguir ser la tercera fuerza política y alcanzar el Bundestag.
El actual presidente del partido ultraderechista Alternativa para Alemania, Jörg Meuthen.
El actual presidente del partido ultraderechista Alternativa para Alemania, Jörg Meuthen.
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El actual presidente del partido ultraderechista Alternativa para Alemania, Jörg Meuthen.

La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha entrado en una fase de reorganización, entre la incorporación de grupúsculos residuales y la escisión de quien fue su líder y rostro más mediático, Frauke Petry, dispuesta a fundar otro partido menos radical.

El extremista Partido Pro Alemania, fundado en 2005 en el populoso "Land" de Renania del Norte-Westfalia como movimiento de protesta contra la construcción de mezquitas, comunicó este fin de semana su disolución, para integrarse en la AfD y unirse a sus objetivos.

"La entrada de AfD en el Bundestag (Parlamento federal) es un punto de inflexión en la historia de la República Federal de Alemania", se apunta en un comunicado, emitido tras la asamblea de su militancia, celebrada el sábado en Colonia.

Su dirección llama a la militancia a "reforzar" a esa formación hermana, en lugar de pretender competir en las urnas, lo que supone el fin de un grupo que había nacido como escisión del neonazi Partido Nacional Democrático (NPD).

AfD obtuvo en las elecciones generales del pasado 24 de septiembre un 12,6 % de los votos y ocupó así la posición de tercera fuerza tras el bloque conservador de Angela Merkel -con un 32,9%- y los socialdemócratas de Martin Schulz -un 20,5%-.

Se convirtió así en la primera formación de ese espectro que accede al Bundestag desde los años 50, ya que las formaciones como NPD u otras afines nunca superaron a escala federal el listón mínimo del 5%, necesario para obtener escaños en Alemania.

Al día siguiente de las generales, Petry anunció entre rostros de estupefacción de sus correligionarios que no se integraría en su grupo parlamentario, a lo que siguió el abandono del partido.

Petry y su esposo, el líder regional renano Marcus Pretzell, preparan ya el lanzamiento del que se denominará Partido Azul, con un perfil menos radical y dispuesto a apuntalar futuras coaliciones de gobierno, mientras que AfD está descartado como aliado por el resto de formaciones del Bundestag.

Pretende ocupar, a escala federal, un espacio político similar al de la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, el partido hermanado a la Unión Cristianodemócrata de Angela Merkel (CDU) que sólo concurre en ese próspero "Land" y que representa postulados más claramente derechistas que el de la canciller.

Mientras se concreta esa nueva plataforma política liderada por Petry, la AfD tiene ante sí su enésimo pulso interno mientras prepara su congreso federal, que se celebrará los próximos 2 y 3 de diciembre en Hannover.

Ahí deberá concretará una nueva cúpula, incluso el papel futuro de su presidente, Jörg Meuthen, quien hasta ahora compartió el liderazgo bicéfalo con Petry hasta que ésta quedó prácticamente arrinconada por el ala más radical del partido.

La AfD concurrió a las generales con una lista encabezada por Alice Weidel, identificada con sus corrientes neoliberales, y el veterano Alexander Gauland, cercano al ala más dura del partido.

Según el diario alemán Schwäbische Zeitung, Meuthen pretende pasar al Parlamento Europeo para ocupar ahí uno de los escaños de la AfD, de lo que según ese medio piensa informar formalmente al partido el próximo lunes.

La AfD se fundó en 2013 como partido captador del voto eminentemente euroescéptico, lo que no le sirvió en las generales de ese año para acceder al Bundestag, ya que quedó unas décimas por debajo del 5%.

Con la crisis de los refugiados mutó su discurso hacia la xenofobia y empezó a crecer, hasta lograr acceder en sucesivos comicios a 14 cámaras regionales, del total de 16 "Ländern" del país.

Los escándalos, cismas internas y relevos en la cúpula han sido en este periodo una constante en el partido, que sin embargo se convirtió en imparable hasta alcanzar el Bundestag.

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