Barcelona atesora 24 ubicaciones con hasta 155 palmeras centenarias

  • Sants-Montjuïc es el distrito que más ejemplares históricos conserva, con un total de 94 ejemplares.
  • Suponen el 0,13% de todas las palmeras que hay plantadas en la ciudad, 10.924.
  • De mayo a octubre se han sembrado 117 nuevas palmeras de especies que no son atacadas por plagas.
  • Los 201.700 árboles de la capital fijan cada año tres veces el volumen del Camp Nou en partículas de polvo.
En la imagen la fachada principal del recinto modernista del Hospital de Sant Pau rehabilitado.
En la imagen la fachada principal del recinto modernista del Hospital de Sant Pau rehabilitado.
POL SOLÀ/ACN
En la imagen la fachada principal del recinto modernista del Hospital de Sant Pau rehabilitado.

Dentro del catálogo de árboles de interés local de Barcelona, instaurado en 1983 (hace 34 años), figuran un totall de 155 palmeras singulares y centenarias, el 0,13% del total de estas plantas en la ciudad. El distrito de Sants-Montjuïc es el que más ejemplares de palmeras antiguas conserva (94) debido al importante pulmón natural que supone la montaña de Montjuïc, seguido a una distancia muy considerable por los de Sarrià-Sant Gervasi, con 16 ejemplares, Ciutat Vella, con 13, y Gràcia, con 11.

10.924 palmeras en la ciudad

En la ciudad hay 10.924 palmeras y, por este orden, los distritos con más unidades son los de Sant Martí (2.335), Ciutat Vella (2.001) y Sants-Montjuïc (1.878).

Este importante patrimonio natural, además de su indiscutible valor histórico y ornamental, tiene una función fundamental en la conservación de la calidad del aire que respiramos los barceloneses. Su papel en la configuración de una ciudad más habitable es incuestionable. Y lo apuntala un dato: "Los árboles de la capital catalana, cuantificados en 201.700, fijan cada año tres veces el volumen del Camp Nou en partículas de polvo. Si no existieran árboles, toda esta cantidad de polvo estaría en suspensión y la respirarían los ciudadanos".

Lo apunta a este diario Joan Guitart, responsable de gestión del arbolado del Ajuntament, que remarca que los expertos no consideran a la palmera un árbol sino un vegetal, porque no genera madera y porque se comporta como una hierba al crecer de joven a lo ancho y de adulta a lo alto.

Recuerda Guitart que su aportación de oxígeno es menor a la de árboles tan numerosos en la ciudad como el platanero, que genera una cantidad de oxígeno como para que vivan tres familias, pero que cuenta como inconveniente ser un foco de alergias al polen.

Palmeras centenarias por distritos de Barcelona

La solución a esto y a las plagas pasa por la "diversificación" de especies en las calles, asegura Guitart, y por generar una trama urbana "con cada vez más árboles que coches".

Resistentes a los temporales

Otra de las ventajas con las que cuenta la palmera, que no se plantaba aquí desde hace una décadas por los estragos que causó la plaga del escarabajo picudo, es su alta resistencia a los temporales y vendavales que son típicos en la costa barcelonesa en invierno.

Al no tener muchas ramas, el viento le afecta poco, y por ese motivo suelen plantarse en el frente litoral. Su vistosidad en la ronda Litoral y de Dalt, dos de los accesos viarios a la capital, se fomentó con la construcción de este eje de comunicación para los Juegos Olímpicos de 1992.

Como uno de sus pocos inconvenientes, si está sano, este vegetal que los indianos sembraron a su vuelta a Barcelona desde las colonias caribeñas como elemento nostálgico, exige cierto cuidado si está plantado en zonas de paso de personas y en áreas de juegos infantiles, porque sus hojas secas, aunque escasas, pueden ocasionar daños al caer desde alturas considerables.

A parte de las actuaciones puntuales de retirada de hojas secas, demanda poco mantenimiento. La tasa de crecimiento de las palmeras más grandes es, como mucho, de entre 10 y 20 centímetros al año. La de la Casa Ardiaca, de 1873, cuenta con tensores para que no se fracture. Y su tasa de crecimiento es de 10 centímetros anuales.

Plantadas 117 nuevos ejemplares

De mayo a octubre, el Ajuntament ha plantado 117 palmeras de seis especies distintas que, de momento, no son sensibles al ataque del insecto picudo rojo, una plaga que en la última década ha matado a decenas de estos vegetales.

En la ciudad hay plantadas palmeras de 19 especies distintas (en el mundo existen 2.600) pero las cuatro más frecuentes en la capital son la Washingtonia (2.813 unidades), la datilera (2.625), la de California (1.669) y la de Canarias (1.558).

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