El colegio Veneranda Manzano de Oviedo no ha preparado festival navideño. Este año, los alumnos volverán a quedarse sin él. Será el segundo año que pase y en esta ocasión lo llevan con discreción.

En el centro prácticamente no dan detalles sobre las actividades «en cultura general» especiales por las fiestas. No quieren tener los problemas del año pasado: los padres protestaron y hubo incluso pintadas en el centro protestando por la decisión. Es el ejemplo que deberían seguir «la mayoría», defiende Jesús de la Roza, de la plataforma Por una Escuela Laica. «Está bien que al final del trimestre hagan una fiesta, pero no tiene por qué ser de contenido religioso», dice.

El Veneranda Manzano no es el único que no tiene festival de Navidad: La Ería, el Dolores Medio y el Menéndez Pelayo en la capital son otros ejemplos. Aunque argumentan motivos que nada tiene que ver con la religión: «No hay sitio», explican en La Ería y en el Dolores Medio. En el Menéndez Pelayo no se hace porque «nunca se hizo».

A cambio, decoran todo el colegio adaptándose a los nuevos tiempos. Con unos 130 extranjeros, de 250 alumnos, cuelgan en las puertas de cada clase banderas, dibujos y fotografías alusivas a las formas en que se celebra la Navidad fuera de España. En Ecuador, por ejemplo, se llama Pase del Niño y lo típico es salir en carroza vestido con el traje tradicional.

Los niños del mundo visitan el Belén es el título de la obra de teatro que representarán los alumnos de 6.º del colegio Los Campos de Gijón. En torno a un nacimiento tradicional, irán llegando pastores de distintas razas. En este centro de 300 alumnos, casi la mitad son inmigrantes.

«La convivencia en estos tiempos de la multiculturalidad es fundamental», dice el presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Miguel Virgós, Jesús Antonio Fernández.

Este curso hay unos 6.000 alumnos extranjeros en los colegios e institutos asturianos. Las cifras nunca son exactas porque se van incorporando a lo largo del curso.

Las clases no terminan para todos

Cuando los asturianos salen del colegio, los alumnos inmigrantes se quedan. Van al programa de apoyo extraescolar Petete. Lo ofrecen voluntarios de Psicólogos Sin Fronteras y nació en el colegio Menéndez Pelayo de Oviedo hace seis años. Los chavales van a hacer las tareas y los ‘profesores’ les echan una mano si tienen alguna duda. Eso les ayuda a ajustar su nivel de estudios al del resto de estudiantes y, además, si tienen dificultades para hablar español, mejoran. En el colegio hay unos  130 inmigrantes.