Continúan las visitas teatralizadas al Palacio de Covarrubias promovidas por la Asociación de Caballeros de Pastrana

  • La Asociación de Damas y Caballeros de Pastrana retoma las visitas teatralizadas al Palacio de Covarrubias, en la Plaza de la Hora, que a partir de diciembre, incluirán una de las más aclamadas por el público en el pasado Festival Ducal.
Pastrana
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EUROPA PRESS
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Así lo ha expresado el director teatral de la Asociación, Javier Gumiel, que señala que la visita teatralizada terminará con el texto de la despedida a la Princesa, "cuando son los niños, dando la voz al pueblo, incluso hoy día, quienes afirman que Pastrana no condena a la de Éboli, como sí hicieron las autoridades de la época", ha informado la asociación.

Para seguir una de estas visitas teatralizadas, los interesados deben reservarla con antelación, llamando por teléfono a la Oficina de Turismo de Pastrana (949 37 06 72).

Esta obra teatral itinerante, que recorre el Palacio tiene un pase a las 11.30 horas y otro a las 12.30 horas.

Los visitantes, organizados en dos grupos de en torno a cincuenta personas, son recibidos por pastraneros del siglo XVI, que les ponen sobre aviso de la llegada de la abulense. Entonces, vuelve a ser junio de 1569. Santa Teresa está llegando para entrevistarse con los príncipes de Pastrana. "Para empezar, explicamos las ideas con las que viene la andariega, desde Toledo, y también con las que se va a encontrar de Ana y Ruy", sigue el director.

Advertidos sobre lo que va a pasar, los visitantes presencian la llegada de Santa Teresa a la puerta principal del Palacio. A continuación, entran en cocinas, donde se informan de cómo era el menú de la época, y en qué consistió el que se sirvió para agasajar a la recién llegada.

Ya en la galería de Palacio, y probablemente en la misma estancia donde sucedió, los actores pastraneros representan el primer desencuentro entre aristócrata y religiosa. "Cuando no le deja leer una de sus obras, 'El libro de la vida', la Éboli estalla", describe Gumiel.

En la siguiente escena, en el oratorio, tiene lugar la imposición de hábitos a los legos, que luego serán los frailes del primer convento carmelita de Pastrana. Y aún después, unas escenas costumbristas muestran a los asombrados visitantes cómo eran los juegos y las vestimentas de los niños del siglo XVI. Igualmente cada año, unos y otras se renuevan y actualizan como fruto del esfuerzo conjunto de la Asociación y taller de trajes.

A continuación, la representación, por una cuestión logística, salta en el tiempo. Desde la habitación de la reja, los pastraneros recuerdan el arresto, y posterior destierro, de Bernardina, criada, confidente y amiga de Ana de Mendoza. La Éboli queda sola, con su hija pequeña, Ana.

"Esta escena es posterior, históricamente, a otras que se representan, pero lo hacemos así por seguir el orden de las estancias que vamos recorriendo", sigue Gumiel. De esta manera llega uno de los momentos álgidos de la representación, cuando la princesa vuelve a asomarse, aferrada a la reja, a la vida de Pastrana.

El lujoso Salón del Trono, y su espectacular bóveda de madera devuelven al espectador a la alegría de junio de 1569. Los príncipes y Pastrana preparan una gran fiesta con motivo de la llegada de Santa Teresa a Palacio. Y es allí donde la Asociación reproduce "con gran detalle y cuidado de los movimientos" los bailes cortesanos.

A partir de ese momento, la representación, llegando a su final, se convierte de nuevo en drama. En la siguiente estancia, los visitantes entran en el velatorio de Ruy Gómez de Silva, para comprender allí, de la mano del arte escénico local, el amor inmenso que unió a los príncipes, y, de paso, el respeto que la villa ducal siente, aún hoy, por Ruy Gómez.

Y es en este punto dónde, a partir de diciembre, la Asociación de Damas y Caballeros insertará la última escena en la que , siglos después, Pastrana no condena a la Princesa de Éboli, "en rebeldía por la crueldad que sufrió Ana de Mendoza en los últimos días de su vida".

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