Robert Hawkins, el joven de 19 años que ayer mató a ocho personas en un centro comercial de Omaha (Nebraska, EE UU) y después se suicidó, "tenía muchos problemas emocionales", según su casera, Debora Maruca Kovac. Kovac, en declaraciones que recoge la CNN, dice que encontró una nota de suicidio poco después de que Hawkins la llamara por teléfono, alrededor de la una de la tarde. En la nota Hawkins anticipaba la matanza. "Decía que sentía lo que iba a hacer, pero que no quería ser una carga para la gente. Decía que toda su vida había sido un pedazo de mierda, pero que ahora iba a ser famoso".

Su casera describe a Hawkins como un chico "que se portaba bien, era amable, pero que tenía muchos problemas. Le gustaban mucho los animales". "Él era como un perro perdido que nadie quería", dice de él. Hacía un año y medio que vivía con ella porque según él mismo le contó "no podía quedarse en casa por los problemas que tenía con su madrastra". Sus hijos y él hicieron amistad.

Según la

En los últimos tiempos a sus problemas familiares se había unido que había perdido su trabajo (en un McDonalds) y había sufrido un fracaso amoroso (rompió hace poco con su novia).

Su casera cuenta además que Hawkins pasaba el tiempo libre haciendo las cosas "típicas de los chicos de su edad". "Le gustaban los videojuegos y oír música", aunque, reconoce, que tenía problemas con la bebida y de vez en cuando fumaba marihuana en su habitación.

Arrestado el viernes por beber

Precisamente, su afición al alcohol le había causado un disgusto el pasado viernes. Según el Omaha World-Herald , Robert Hawkins fue arrestado por llevar bebidas alcohólicas siendo menor de edad (la edad legal para poder empezar a beber en EE UU es de 21 años). El mismo periódico asegura en 2005 pasó siete días en prisión por escándalo público.

Cuarenta minutos después de que hablaran por última vez, Hawkins mató a tiros a ocho personas y dejó a otras cinco malheridas.