El abogado coruñés Pablo Arangüena ocupará una de las vicesecretarías del PSdeG y el diputado lucense José Antonio Quiroga se encargará de la secretaría de Organización en la ejecutiva de Gonzalo Caballero, en la que todavía sigue en el aire el puesto de presidente dado que todavía no se ha cerrado un acuerdo para integrar al sector que representa Xoaquín Fernández Leiceaga.

De hecho, desde primera hora de la tarde este pacto se consideró "roto" y todavía sigue atascado, según han comentado a Europa Press diversas fuentes socialistas, aunque el recién proclamado secretario xeral seguirá manteniendo reuniones con distintos cargos del partido durante las próximas horas.

Con todo, en el entorno del economista vigués no cierran la puerta a que finalmente la directiva socialista se componga íntegramente con miembros de su equipo más próximo, vistas las dificultades que están experimentando para llevar a cabo el encaje.

Así pues, la presidencia podría pasar de recaer en el portavoz parlamentario, quien se retiró de la carrera de las primarias en favor de Gonzalo Caballero, a ser asumida por la expresidenta de la Cámara Lola Villarino. De este modo, además, se favorecería el criterio de la paridad de sexos en la ejecutiva, pues complementaría la decisión de encargar al menos una de las vicesecretarías restantes a otra mujer.

DIFICULTADES DE INTEGRACIÓN

Las mismas dificultades que el equipo de Gonzalo Caballero se está encontrando para integrar a miembros del sector que capitanea Leiceaga se están dando en la órbita de Juan Díaz Villoslada, quien obtuvo un 42 por ciento de los votos en las primarias del pasado día 8.

De no cerrarse finalmente ningún acuerdo, según los cálculos de los más próximos al nuevo jefe de filas, la ejecutiva de Caballero podría salir adelante en la votación que tendrá lugar el domingo con el voto favorable del 60% de los delegados del congreso.

Sin embargo, miembros del partido con mucha experiencia en la organización advierten de que es necesario salir del cónclave con un equipo que aglutine diferentes sensibilidades para encarar el nuevo tiempo que comienza.

Sobre todo, después que el propio Caballero asumiese tras su proclamación que necesita la "ayuda de todos" en la tarea que tiene por delante. Hasta el punto de que llegó a revelar que no sintió "alegría" tras ganar las primarias, sino "vértigo", dada la magnitud de su responsabilidad.