La nueva plaza Zabalburu facilita el tráfico y abre espacios al peatón

Tras tres años de obras, se inauguró ayer. Los vecinos ganan 3.000 m2 y se ordenan los 12.500 coches que entran a diario por Juan de Garay. A falta de colocar 8 farolas, por un millón de euros.
Un remanso de paz en medio de la vorágine de la ciudad y del tráfico.(Mart Calleja)
Un remanso de paz en medio de la vorágine de la ciudad y del tráfico.(Mart Calleja)
Un remanso de paz en medio de la vorágine de la ciudad y del tráfico.(Mart Calleja)
Un tráfico más ordenado en uno de los principales accesos a Bilbao y, al mismo tiempo, mayores espacios para los peatones. Es el resultado de algo más de tres años de obras para construir el par-king subterráneo, de 771 parcelas, y la nueva plaza de Zabalburu, inaugurada ayer.

El espacio organiza ya el paso de los 12.500 vehículos diarios que acceden a la capital por Juan de Garay. Además, los vecinos ganan una superficie de casi 3.000 m2

La antigua rotonda que ordenaba el tráfico se ha sustituido por cruces regulados con semáforos. Y aunque la superficie de calzada se ha reducido a la mitad, la circulación resulta ahora mucho más ordenada.

Y los vecinos, satisfechos. «Ha quedado muy bonita la plaza, pero hemos tenido que aguantar mucho ruido y suciedad», decía ayer una vecina. «Y la fuente de antes también era bonita», le respondía otra.

Pero, en realidad, la nueva plaza no está del todo terminada. El alcalde Azkuna cortó la cinta, pero aún faltan por instalar las farolas. «Hemos preferido no esperar, para que los vecinos disfruten  antes del espacio», señaló.

No será hasta febrero o marzo cuando se coloquen las ocho farolas-esculturas, valoradas en un millón de euros. Diseñadas por el creador italiano Mario Nanni en fibra de vidrio, medirán 15 metros de altura. Su principal característica es que cambiarán de color en función de la meteorología.

También falta el tranvía, otro de los motivos por el que se remodeló la plaza. Aunque aún habrá que esperar a que llegue, las vías transcurrirán junto a la calzada y compartirán espacio con los coches.

Juegos, fuentes y un bosque entre las calles

Un remanso de paz en medio de la vorágine de la ciudad y del tráfico. Así es la nueva plaza de Zabalburu, en la imagen. Todo ello gracias a un área de descanso, con bancos y juegos infantiles, una superficie de adoquines que forman curiosas dunas, una fuente que lanza chorros de agua al aire y un bosque de 77 árboles, la mayoría, fresnos de hoja caduca. Todavía no han crecido, pero en poco tiempo se convertirán en una excepcional barrera contra el ruido del tráfico.

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