Los acusados por el escrache en la UC aseguran que fue una protesta "pacífica" y Diego declara que fue "agresiva"

  • SANTANDER, 25 (EUROPA PRESS)
Diego declara en el juicio contra los acusados por el escrache en la UC
Diego declara en el juicio contra los acusados por el escrache en la UC
EUROPA PRESS
Diego declara en el juicio contra los acusados por el escrache en la UC

Los jóvenes acusados por el 'escrache' al entonces presidente de Cantabria, Ignacio Diego, durante un acto en la Universidad de Cantabria (UC) en febrero de 2014, han asegurado que fue una "protesta pacífica" y que "en ningún momento" pretendieron impedir su salida del recinto universitario. Diego, sin embargo, ha dicho que su actitud fue "agresiva, absolutamente excesiva e innecesaria".

"No entiendo qué hacían allí, por qué querían llegar al coche y para qué", ha dicho Diego, que en su declaración en calidad de testigo y ha vuelto a reiterar que "nunca ha sido denunciante". Los policías nacionales que escoltaban habitualmente a Diego han ido mucho más allá y han asegurado que los jóvenes pretendían agredir al entonces presidente.

El juicio se celebrado este miércoles en el Penal nº 3 de Santander, en la calle Alta, donde varios centenares de jóvenes se han concentrado a primera hora de la mañana y también a mediodía, convocados por colectivos de estudiantes. La jueza ha aceptado como prueba los vídeos propuestos por las defensas.

El juicio se ha prolongado durante cinco horas y continuará el próximo 1 de diciembre, ya que falta la declaración de una periodista y los peritos que informaron sobre los daños en el vehículo del presidente.

Diego fue invitado por la UC a participar en un acto público bajo el lema 'Tengo una pregunta para usted' el 17 de febrero de 2014. Los escoltas y el que fuera su jefe de gabinete, Arsenio de la Vega, han relatado que ese día se reforzó la seguridad porque tenían conocimiento por las redes sociales de la convocatoria de un escrache con motivo de la presencia de Diego en la Universidad.

INDIGNACION POR NO PODER ENTRAR AL ACTO

Los acusados han dicho que no acudieron a la convocatoria del escrache sino al acto para preguntar al entonces presidente. Han asegurado que "en ningún momento" impidieron su salida del recinto

universitario y que su única intención fue mostrar su "enfado e indignación" porque se les había denegado "sin ningún tipo de explicación" la entrada al acto público.

A preguntas del fiscal, el expresidente ha contado que pidió que se dejara pasar a todo el mundo para "intentar celebrar con la mayor normalidad posible" aquel acto, al que entraron "muy pocos", ha reconocido, algo que era decisión del servicio de seguridad de la universidad. Ha dicho que algunas personas tenían una actitud "agresiva, algunos de ellos muy salida de tono" y que fue una situación "violenta".

A preguntas del fiscal, ha respondido que "en algunos casos muy concretos" la protesta fue más allá de lo que puede ser una manifestación en defensa de la enseñanza pública, "en otros entiendo que no"; y que en ninguna otra situación ha tenido que ser evacuado en otro vehículo distinto al oficial como ocurrió en este caso; aunque sí ha vivido otras situaciones "desagradables" como ésta con los "tumultos" de Sniace en Torrelavega.

En todo caso, ha asegurado que fue "un incidente al que no quiso dar mayor importancia". Diego ha dicho que le insultaron a la entrada y a la salida del acto, profirieron "alguna amenaza", golpearon con fuerza los cristales e incluso "quisieron acompañarme en la salida", ha ironizado.

Ha declarado que dos de los acusados intentaron aproximarse y entrar al coche por el lateral, pero los escoltas se lo impidieron, lo mismo que hicieron con los que se pusieron delante del vehículo con una pancarta.

"PROTESTA PACÍFICA"

Sin embargo, en su declaración inicial los acusados han asegurado que "fue una protesta pacífica en todo momento", que no insultaron a Diego, que solo corearon proclamas en defensa de la enseñanza pública y contra el PP, y que fueron los "empujones" de los escoltas los que arrastraron hacia el coche del presidente a algunos de los participantes en la protesta, que "se dejaron llevar" sin oponer "resistencia" e incluso alguno de ellos "con los brazos arriba".

Han dicho que no sabían que los escoltas del presidente eran policías, porque iban trajeados, y han denunciado que uno de ellos "agredió" a dos jóvenes y que eso fue lo que provocó los momentos de tensión cuando ya se había ido el coche del presidente.

Uno de los acusados, Marcos Martínez, que formaba parte de la dirección estatal de Podemos en el momento de los hechos, ha asegurado que "hubo violencia" pero no por parte de los manifestantes sino de los escoltas del presidente que "salieron a empujones y me llegaron a golpear".

Uno tras otro, los seis acusados -el séptimo está "en rebeldía"- han asegurado que "nadie intenta entrar" al coche del expresidente ni impedirle que se meta en el vehículo. También han rechazado, como sostiene el fiscal y los escoltas, que se pusieran de acuerdo previamente, que intentaran impedir la salida del coche y que se abalanzaran sobre el coche del presidente y pusieran una pancarta sobre el parabrisas.

De hecho, han explicado que los dos jóvenes que llevaban la pancarta intentaron cruzar al otro lado para mostrarla al paso del coche, pero éste arrancó y "casi les arrolla". Según han dicho, fue en ese momento cuando soltaron la pancarta y ésta "se posó" en el capó del coche del expresidente.

LOS ESCOLTAS, "GENTE MUY SENSATA Y RAZONABLE"

Extremo que han negado rotundamente el propio Diego y los escoltas, que han asegurado que hasta que no quitaron a los jóvenes de delante del coche éste no inició la marcha, porque lo contrario "habría puesto en peligro su integridad" y "son gente muy sensata y razonable", ha dicho Diego de los escoltas.

Los policías han asegurado que "nadie fue agredido". "Empujones hubo muchos, por las dos partes", ha declarado el jefe de los escoltas, quien se ha ratificado en que los acusados "hostigaron, acosaron, insultaron, rodearon los dos coches" y a él en concreto le cayeron "varios escupitajos en la ropa".

Los escoltas han declarado que no recuerdan haber vivido ningún otro altercado con tanta "agresividad", y creen que estaba todo "perfectamente coordinado". En la misma línea, el exjefe de gabinete

ha señalado que "iban predeterminados a cometer un escrache contra el presidente".

El Ministerio fiscal, única parte que ejerce la acusación, considera que los siete acusados son autores de un delito de coacciones y de una falta contra el orden público por falta de respeto y consideración a la autoridad, por los que pide para cada uno de ellos multas de 4.400 euros.

Y a uno de ellos le considera, además, autor de un delito de daños en el vehículo de reacción policial en el que se subió Diego a la salida del acto, y le pide un año de cárcel, multa de 3.600 euros e indemnización de 740 euros a la empresa de renting propietaria del vehículo. Sin embargo, ninguno de los testigos ha podido precisar quién dio esas patadas.

Además de las concentraciones en los juzgados de la calle Alta, el Colectivo de Estudiantes de Cantabria (ColEst) y el Frente de Estudiantes han convocado una huelga estudiantil y una manifestación en "solidaridad" con los acusados. ColEst ha cifrado el seguimiento de la huelga en un 70% en enseñanzas medias y un 50% en universidad, y ha cifrado en 600 los participantes en la manifestación.

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