Agatha Christie es sinónimo de intriga y tramas detectivescas, aunque también escribió novela rosa bajo el seudónimo de Mary Westmacott. En cualquier caso, una fuente de inspiración inagotable para películas y series. La próxima adaptación en llegar a la gran pantalla será una de sus grandes novelas, Asesinato en el Orient Express, dirigida y protagonizada por el británico Kenneth Branagh y sin escatimar lujos ni presupuesto. El estreno en nuestras salas está previsto para el 24 de noviembre.

Un doble desafío. Por un lado deberá intentar que una película de época, la acción tiene lugar en 1935, atraiga a los espectadores en unos momentos en que las producciones de este tipo no acostumbran a tener una buena taquilla. Por otro, lidiar con el recuerdo de la excelente adaptación de 1974 dirigida por Sidney Lumet.

En aquella ocasión se reunió a un reparto irresistible con Sean Connery, Lauren Bacall o Albert Finney encarnando a Hercules Poirot, e Ingrid Bergman llegó a ganar su tercer Oscar, el primero como actriz secundaria. En taquilla fue un éxito rotundo. Costó 1,4 millones de la época y solo en Estados Unidos recaudó 35,7.

Para estar a la altura, las armas de Kenneth Branagh, director de Thor (2011) o de excelentes adaptaciones de Shakespeare como Mucho ruido y pocas nueces (1993) o Enrique V (1989), han sido su pericia en la puesta en escena y contar con un no menos espectacular elenco que incluye a Daisy Ridley —la protagonista de la nueva trilogía de Star Wars—, Michelle Pfeiffer, Penélope Cruz, Judi Dench, Johnny Depp, Willem Dafoe y el mismo Branagh interpretando a Poirot. El detective belga deberá descubrir al asesino o asesinos de un norteamericano, de misteriosa identidad y oscuro pasado, a bordo del famoso tren. La dificultad añadida es que todos los pasajeros del vagón en el que viajaba estaban de alguna manera relacionados con la víctima. Todos son sospechosos.

Otra de las mejores novelas de Agatha Christie es La casa torcida (Crooked House), en torno al asesinato de un multimillonario griego. Y a pesar que la misma autora la consideraba como su mejor obra nunca ha sido llevada al cine. Para remediarlo, el director y guionista francés Gilles Paquet-Brenner tiene a punto una adaptación que podría llegar a los cines españoles en 2018. Otra de las claves está en su reparto con Christina Hendricks —Joan en la serie Mad Men— o Gillian Anderson —la agente Scully de Expediente X—, además de los veteranos Terence Stamp y Glenn Close.

Dos propuestas con el aliciente para el espectador de participar en ese juego de personajes, hechos y pistas que gravita en torno al whodunit, el término inglés para referirse al "¿quién lo ha hecho?" tan peculiar en los argumentos de misterio. Pero hay más. Ben Affleck, como director y productor, tiene en mente trasladar al cine Testigo de cargo (Witness for the Prosecution).

Una empresa tampoco nada fácil para Affleck, aunque en su currículum figure el mérito de haber logrado el Oscar a la mejor película por Argo (2012), de la que fue también director y uno de los productores. Y es que a Testigo de cargo le corresponde nada menos el honor de tener la que quizá sea la mejor de las películas basadas en una novela de Agatha Christie, la versión dirigida por Billy Wilder y estrenada en 1957. Todavía sin reparto, si el proyecto avanza la película de Affleck podría llegar a los cines en 2019.

Como no podía ser menos, la pequeña pantalla también tiene algo que decir. En formato de miniserie de televisiva podrían realizarse siete adaptaciones en los próximos cuatro años. La veda la ha abierto Amazon Prime Video, la plataforma de streaming del gigante del comercio por Internet, que este pasado verano llegó a un acuerdo con Agatha Christie Limited, la compañía que gestiona los derechos de la escritora.

Incluirá la realización de una miniserie de tres episodios con la adaptación de Culpable de inocencia (Ordeal by Innocence) y que ya cuenta con una adaptación en cine de 1985; así como la distribución, al menos de momento en Estados Unidos, de los diversos proyectos que tiene previsto desarrollar la BBC.

Diez negritos (1945). Ocho personajes convocados por un misterioso anfitrión en una apartada isla a los que habrá que sumarle un mayordomo y una cocinera. Uno a uno irán siendo asesinados. ¿Quién es el verdugo? ¿Por qué el maquiavélico plan de reunirlos?. La novela más vendida de Agatha Christie, con más de 100 millones de ejemplares, tuvo la mejor de sus adaptaciones en 1945, en blanco y negro y dirigida por René Clair.

Testigo de cargo (1957). Uno de los más prestigiosos abogados de Londres acepta el caso de un playboy acusado de haber matado a una acaudalada anciana. La película de Billy Wilder, protagonizada por Charles Laughton, Tyrone Power y Marlene Dietricht, fue nominada a seis Oscar incluyendo los de mejor película, dirección y actor (para Laughton).

Asesinato en el Orient Express (1975). En los años 70 se pusieron de moda las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie protagonizadas por Hercules Poirot y con repartos espectaculares. Además de este filme de Sidney Lumet, y protagonizado por Albert Finney, destacó Muerte en el Nilo (1978), con Peter Ustinov encarnando al célebre detective y en torno a la muerte de una rica heredera durante un crucero de placer.

El espejo roto (1980). Además de Poirot, el otro gran personaje surgido de su pluma es Mrs. Marple. Aunque la actriz Margaret Rutherford ya la interpretó magistralmente en varias adaptaciones de los años 60, Angela Lansbury también estuvo a la altura en esta versión, a todo color y con la participación de intérpretes míticos (Liz Taylor, Kim Novak, Tony Curtis o Rock Hudson).