La Cámara de Barcelona rebaja la previsión de crecimiento del PIB catalán en 2018

  • Caerá del 2,7% previsto a un 2,5%, mientras que se mantienen las previsiones para este año, de un 3,1% en comparación con 2016.
  • Si el actual clima de incertidumbre se agrava o alarga, habría que revisar "significativamente a la baja" las previsiones para 2018.
  • Alerta de que la inversión extranjera esté reconsiderando su posición en Cataluña y de que también perjudicaría al empleo a medio plazo.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Oriol Junqueras.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Oriol Junqueras.
QUIQUE GARCÍA / EFE
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Oriol Junqueras.

La Cámara de Barcelona ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento del PIB de Cataluña para 2018 debido a la situación política —del 2,7% previsto a un 2,5%—, mientras que ha mantenido las previsiones para este año, de un 3,1% en comparación con 2016.

El presidente de la Cámara, Miquel Valls, ha estimado este martes en rueda de prensa que el crecimiento intertrimestral del tercer trimestre es inferior al del segundo (del 0,8%, frente al 1,1% de junio), y prevé que el crecimiento se desacelere aún más en los últimos tres meses, con un crecimiento del 0,5% respecto al trimestre anterior.

Aún hay pocos datos sobre el cuarto trimestre, pero los que existen anticipan más desaceleración de la actividad, lo que se debe tanto a la situación política como al agotamiento de algunos factores que habían impulsado el crecimiento en los últimos meses, como el precio del petróleo y el tipo de cambio.

Valls ha señalado que esta previsión se confirma con el Indicador de Confianza Empresarial que elabora la Cámara a partir de las encuestas de coyuntura entre empresarios, ya que se modera "significativamente" de cara al cuarto trimestre respecto al mismo periodo del año pasado, tanto en Catalunya como en toda España, aunque en menor medida.

En Catalunya, las empresas más grandes, a partir de 200 trabajadores, anticipan un descenso de la confianza para los próximos meses, pero esta percepción negativa no se observa en las grandes empresas encuestadas por el INE en el resto de España.

En cuanto a los movimientos de empresas, Cataluña ha registrado sistemáticamente en los últimos seis años un saldo neto negativo —salen más empresas que las que entran—. Sin embargo, Valls ha destacado que este saldo negativo se ha disparado del 1 al 20 de octubre hasta 1.302 empresas, una cifra superior a la suma de los cuatro años anteriores, lo que expresa la "aversión al riesgo ante la incertidumbre política".

Ha afirmado de que esta aversión al riesgo provoca que la inversión extranjera esté reconsiderando su posición inversora en Cataluña "en términos muy importantes", y ha alertado de que también perjudicaría al empleo a medio plazo si esta incertidumbre se prolonga o agrava.

Pero ha destacado que la desaceleración de la economía es anterior al 1 de octubre y se podría haber acentuado en septiembre; por ejemplo, por el descenso de ventas del comercio minorista, que han ido cayendo todo el año, aunque algunos empresarios del sector constatan una "importante disminución" de las ventas en octubre, en particular en las principales arterias comerciales de Barcelona ciudad.

También ha dicho que el turismo extranjero está moderando su crecimiento, tanto en Cataluña como en toda España, aunque lo ha justificado por diferentes factores, como el Brexit y la recuperación de otros mercados turísticos.

Dos escenarios

Valls ha asegurado que la revisión a la baja del crecimiento para 2018 es "prudente" y recoge un efecto limitado de la actual situación política sobre las decisiones de inversión y de consumo de los agentes económicos. "Eso sí, se trata de una revisión condicionada a una resolución a corto plazo del conflicto político", y considera que hay dos escenarios posibles.

A su juicio, el primer escenario y el menos negativo supone que la incertidumbre empezaría a bajar desde el primer trimestre de 2018, con lo que parte de los proyectos de inversión y decisiones de consumo se retomarían a lo largo del año; y esto implica que el conflicto entrara en vías de resolución en los primeros meses de 2018.

El segundo escenario, el más negativo, se produciría si el actual clima de incertidumbre se agrava o alarga y la confianza se deteriora aún más; en este caso, habría que revisar "significativamente a la baja" las previsiones para 2018.

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