'La librería' de Coixet reivindica el empoderamiento de la mujer en la edición más feminista del festival

  • VALLADOLID, 21 (EUROPA PRESS)
Fotograma de La Librería
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SEMINCI
Fotograma de La Librería

'La librería' (The Bookshop) de la directora catalana Isabel Coixet ha inaugurado la 62 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que este año cuenta con el mayor número de directoras femeninas de su historia, pues de las 19 películas que participan en la sección oficial, nueve están dirigidas por mujeres, algo que Coixet espera que se imite en otros festivales.

En esta línea, la realizadora ha reivindicado el empoderamiento de la mujer con la actriz Emily Mortimer como catalizadora de ese mensaje feminista. La intérprete inglesa le presta su rostro a Florence Green, una joven viuda cuyo sueño es montar una librería en un antiguo edificio de Hardborough, un pueblo pesquero de la costa inglesa.

Allí, Florence, que según ha explicado Coixet había vivido hasta entonces en un "mundo protegido", sufre la "conspiración silenciosa" que subyace a sus encuentros fortuitos con los vecinos para convencerla de que abandone su idea de abrir una librería en la emblemática Old House, lo que le obliga a salir de la "burbuja" y, en definitiva, a "vivir".

Coixet ha confesado que se ve reflejada en Florence, aunque como una "versión más delgada sí misma", pues se trata de una mujer de mediana edad "sin escudo galáctico" que sólo quiere cumplir un pequeño sueño frustrado por todos sus congéneres sin razón aparente, una mezquindad aleatoria que solo puede ser explicada por el concepto de "banalidad del mal" acuñado por Hanna Arendt, ha apuntado la realizadora catalana.

Violeta Gamart, interpretada por Patricia Clarckson, es la artífice del boicot a los sueños de Florence y la perfecta antagonista en un papel de "hija de puta integral", en el que la directora tenía "ganas" de ver a la actriz, que también agita el estandarte del empoderamiento femenino, aunque en dirección contraria a las aspiraciones de la protagonista.

UN PUEBLO DIVIDIDO

Sin embargo, el personaje interpretado por Emily Mortimer, encuentra un inesperado amigo en el señor Brundish, encarnado por Bil Nighy, un uraño devorador de libros que se convierte en el primer cliente por correspondencia de Florence y que sufre un flechazo literario con Ray Bradbury cuando esta le envía 'Farenheit 451', el libro más mediático del autor.

Nighy ha confesado que ha sido un "privilegio" interpretar a este personaje con el comparte el peculiar gusto por el humor inglés y la afición lectora aunque, en este caso, por los libros de la autora de la novela que ha dado lugar a la película: Penélope Fitzgerald.

Otro de los personajes que se inclina a favor de Florence en la balanza de Florence es su pequeña ayudante Christine Gipping, una niña más aficionada a las matemáticas que cautiva a la señora Green por su madurez y su coraje, característica de todos los personajes femeninos a los que da vida Coixet.

La trama de la película se teje entre las líneas de las novelas que llenan la librería de la señora Green, hasta que el personaje de Nighy decide interceder por ella y entrevistarse con la señora Gamart, quien se mantiene impertérrita en su afán por desahuciar a Florence.

Aunque Coixet ha admitido la licencia de ver en ese enfrentamiento un reflejo de "los tiempos que corren", ha evitado referirse de forma concreta a la situación en Cataluña y ha parafraseado al escritor Francisco Umbral al destacar que ha venido a hablar de su librería.

FINAL ALTERNATIVO

Sobre la novela homónima de Penélope Fitzgerald, Coixet ha asegurado que se trata de un libro "magistral" que la realizadora ha calificado como un "sueño" para cualquier director.

Aunque la realizadora, en su "cabezonería" y "sin traicionar" a la escritora, se ha tomado la licencia de incluir un final "más dulce" porque el original pecaba de "nihilista" y "derrotista" en pantalla, por lo que optó por un cierre melancólico que pone final a una historia de amor "nada evidente".

Por último y desde su "nula vocación" de Juana de Arco, la directora ha afirmado que los libros le han "salvado la vida" en muchas ocasiones y ha confesado que le da "pena" la gente a la que no le gusta leer porque a ella los libros le han permitido "vivir mil vidas" y desarrollar su capacidad "empática".

En este sentido, espera que su cinta sirva para inculcar el valor de los libros a aquellos que no son aficionados a las letras porque "el futuro es alguien que se da cuenta de que las librerías son un paraíso", ha concluido.

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