Investigadores salmantinos desvelan un mecanismo de resistencia a un fármaco que se usa para tratar el cáncer de mama

  • Investigadores del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC-IBMCC), pertenecientes al consorcio Ciberonc y dirigidos por el doctor Atanasio Pandiella, han descrito recientemente un nuevo mecanismo de resistencia a un fármaco que se usa para el tratamiento del cáncer de mama, concretamente el 'trastuzumab-emtansina'(T-DM1).
Centro De Investigación Del Cáncer De Salamanca
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EUROPA PRESS
Centro De Investigación Del Cáncer De Salamanca

Concretamente, es un fármaco del tipo de 'Antibody drug conjugate' (ADC) que se usa para hacer frente a un cierto tipo de tumores de mama, aquellos denominados 'HER2 positivos', según la información facilitada por el Centro de Investigación salmantino.

Tal y como ha explicado, estos tumores representan aproximadamente un 20 por ciento de todos los tumores mamarios, y suelen responder bien a terapias anti-HER2 convencionales. Sin embargo, algunos tumores no responden a esas terapias convencionales, o se vuelven insensibles con el tiempo.

Para luchar contra esta resistencia se ha desarrollado el T-DM1, pero, a pesar de que T-DM1 muestra eficacia, con el tiempo "también se desarrollan resistencias a T-DM1" y "es necesario conocer el origen de tales resistencias para luchar contra ellas", ha informado el CIC de Salamanca.

En el trabajo publicado en septiembre en la revista científica Cancer Research, los investigadores salmantinos describen uno de los mecanismos de escape que pueden utilizar las células tumorales de mama HER2+ para evitar la acción de T-DM1.

Tal mecanismo se basa en un déficit de la función de los lisosomas, que son compartimentos celulares que se encargan de la digestión y degradación de las proteínas. "De hecho, la acción antitumoral de T-DM1 requiere su internalización y degradación dentro de los lisosomas, gracias a la actividad de proteasas ácidas", ha puntualizado el CIC.

PROCESO

Para este nuevo avance, los autores del trabajo aislaron células resistentes a T-DM1 para estudiarlas, y observaron que sus lisosomas presentan un pH más alcalino de lo habitual, lo cual dificulta la función de las proteasas ácidas.

Asimismo, el trabajo dirigido por Pandiella en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, en colaboración con el doctor Joaquín Arribas del Hospital Vall de Hebrón de Barcelona y el doctor Alberto Ocaña del Hospital Universitario de Albacete, también describe la existencia de otros mecanismos independientes de la alteración del pH lisosomal.

Actualmente se están llevando a cabo estudios para caracterizar esos mecanismos. Y, en conjunto, estos estudios de resistencia a T-DM1 "podrían facilitar la optimización del uso de ese fármaco en pacientes con cáncer de mama HER2+".

Es más, el trabajo publicado puede "ofrecer pistas acerca de los mecanismos generales de resistencia a ADCs, más allá de T-DM1", ha informado el centro investigador salmantino.

De hecho, ha explicado que "se postula que otros ADCs que utilicen la misma vía de internalización y degradación de T-DM1 podrían perder eficacia si las células diana carecen de una función proteolítica lisosomal adecuada".

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