La pobreza se cronifica entre los menores de edad en Cataluña

  • El 22,7% de las 360.604 personas atendidas en 2016 fueron menores de 18 años, un 7,7% más que en 2015.
  • Un 58,2% de los usuarios fueron familias con hijos a su cargo, un 18,8% de ellas monoparentales.
  • Un 3,2% de las familias auxiliadas han tenido que ocupar una vivienda y un 39,5% no tiene una casa digna.
Campamento de Cáritas.
Campamento de Cáritas.
CARM
Campamento de Cáritas.

La pobreza en Cataluña se sigue cebando con los menores de edad, que la heredan de sus padres. Lo afirma la Memoria 2016 de Càritas Catalunya, que agrupa a las 10 sedes de Càritas en la comunidad y que se ha presentado este miércoles en Barcelona. El año pasado hubo un 4,7% más de ciudadanos atendidos por la entidad religiosa respecto a 2015, alcanzando un total de 360.604 usuarios (206.000, familias sin ningún ingreso). En 2015 se ayudó a 343.513 personas.

El 22,7% de los atentidos fueron personas menores de 18 años, un 7,7% más (fueron el 15% en 2015). Un 58,2% son familias con hijos a su cargo, de ellas, un 18,8% monoparentales (con solo un progenitor) y el 39,4% restante parejas con hijos.

El presidente de la entidad, Francesc Roig, ha insistido con preocupación en que desde el organismo están detectando en los últimos años "una cronificación de la pobreza, que esa clase media que hasta ahora hacía de flujo estabilizador, ha pasado a una situación un poco más olvidada".

En esta misma línea de alarma ha incidido Anna Roig, jefa del área de Comunicación y Relaciones Institucionales de Càritas, remarcando que "preocupa y mucho la pobreza heredada y el hecho de que las famiias ya no podrían hacer de red de protección ante una nueva crisis". La media de atención a las personas que acuden a la entidad es de 4 o 5 años, pero se está dando el "retorno" de gente que había conseguido en ese plazo salir de la espiral de la pobreza, ha indicado Roig.

Un 3,2% de familias okupas

Otro dato alarmante para Càritas Catalunya tiene que ver con la vivienda en la que habitan las personas que recurren a ellos: un 39,5% no tienen un domicilio digno y solo un 10,4% cuentan con un piso o casa en propiedad.

Una cifra que ha sorprendido a los responsables del organismo y que aparece por primera vez en la memoria indica que un 3,2% de las familias ayudadas viven en pisos ocupados (en la del 2015 era prácticamente inexistente) a causa principalmente del aumento del precio de los alquileres, de la falta de alquiler social suficiente y de la lentitud burocrática a la hora de adjudicar ayudas oficiales a las familias afectadas. Este fenómeno se ha dado especialmente en tres Càrites Diocesanes: las de Barcelona, Terrassa y Sant Feliu de Llobregat.

También se ha incrementado de forma "preocupante" el porcentaje de personas atendidas sin vivienda, pasando de un 8% en 2015 a un 14,4% en 2016. Estos afectados acaban habitando en coches, en la calle y en casas ocupadas. Dentro de este panorama de precariedad manifiesta, el 50,1% de las familias conviven en pisos de alquiler y un 9,5% en una habitación realquilada.

Un 71,2% sin trabajo

A la falta de seguridad de una vivienda digna y fija, los atendidos han de lidiar con la escasez de ingresos, ya que el 71,2 % no tienen trabajo (en 2015 eran el 71,2%). Entre el 28,8% que trabaja se repiten los sueldos bajos y los empleos temporales. De hecho, uno de los riesgos estructurales a los que ha apuntado Roig es "el que está corriendo la sociedad catalana de acostumbrarse a la precariedad".

A la "terrible situación" de exclusión laboral de los mayores de 54 años se suman ahora los mayores de 41, un colectivo que cuando sale del mercado de trabajo tiene una "difícil reinserción" porque "muchas empresas ya no quieren contratar a gente mayor, sino a jóvenes por un sueldo más bajo", ha remarcado el presidente de la entidad.

Entre las estrategias de supervivencia de todas estas familias, Càritas tiene constancia, sobre todo, de recortes en el consumo energético del hogar (por ejemplo, duchando a los hijos una vez en semana).

En cuanto a la procedencia, en algunas sedes de Càritas catalanas se ha detectado un aumento de personas procedentes de países con inestabilidad económica y política, como Venezuela, Honduras y El Salvador, los tres de Sudamérica. No obstante, un 47,5% de los atendidos en 2016 habían nacido en España o en el resto del continente europeo.

Atención a 5.883 refugiados

La entidad dio cobertura a 5.883 personas refugiadas, 3.802 de las cuales hondureñas. Les siguieron 641 nigerianos, 489 ciudadanos de Mali, 390 ucranianos, 62 sirios, 19 iraníes o 16 iraquíes. La mayoría de hondureños o salvadoreños, a diferencia de los sirios o los ucranianos, que llegan a Cataluña con sus familias, lo hacen solos y sin apenas equipaje o pertenencias.

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