El vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Agustí Alcoberro, anunció que el presidente de la entidad, Jordi Sànchez, y el de Òmnium, Jordi Cuixart, están animados, "con la moral muy elevada y dispuestos a seguir luchando desde la cárcel".

Alcoberro lo dijo en la concentración en apoyo a Sànchez y Cuixart celebrada este martes en la avenida Diagonal de Barcelona, en la que intervino junto al portavoz de Òmnium Cultural, Marcel Mauri.

El vicepresidente de la ANC explicó que los abogados pudieron hablar con ambos y que les trasladaron que están "fuertes, seguros y llenos de coraje". También quisieron agradecer a los ciudadanos todas las muestras de apoyo.

Alcoberro calificó a los líderes de ambas entidades de presos políticos y rehenes de España, y avisó de que, "por muchas personas que encarcelen, siempre habrá relevos porque hay una magnífica cantera, que es el pueblo de Cataluña".

Marcel Mauri llamó a seguir reivindicando "en paz y con serenidad, pero con la máxima determinación" la libertad, los valores democráticos y la soberanía de Cataluña, y dijo que ni siquiera durante el franquismo se encarceló a líderes como Sànchez y Cuixart.

Tanto Alcoberro como Mauri agradecieron la participación masiva en la concentración, porque les da "mucha fuerza", y los asistentes respondieron con aplausos y gritos de "no estáis solos".

Durante la concentración se leyó un manifiesto al que puso voz la actriz Silvia Bel, con los miembros del secretariado de la ANC y de la junta de Òmnium Cultural sobre el escenario.

En el manifiesto se exige la liberación de Sànchez y de Cuixart, cuyo encarcelamiento ha sido "un gran error que pone en riesgo los valores democráticos", y se apela a la intervención de las instituciones europeas.

"Las entidades no hemos cometido ningún delito y no lograrán desactivarnos ni romper nuestra cohesión social", advierte el texto, en el que también se avisa de que nada podrá frenarles porque se trata de una lucha transversal que no va de nombres propios.

La concentración finalizó con cinco minutos de silencio, durante los que los miles de participantes encendieron velas y mostraron mensajes reclamando libertad y pidiendo ayuda a Europa.