Llegó a Ceuta el 18 de noviembre, en un avanzado estado de gestación, a bordo de una patera. Su desembarco en la ciudad fue distinto a otros a los que se enfrenta con demasiada asiduidad la Guardia Civil. Llegaba encinta casi de 9 meses, dispuesta a tener a su bebé en España.

A sus 27 años, Gweró Osawaru Ewern decidió embarcarse en una patera con otros inmigrantes subsaharianos y algunos paquistaníes. Un marroquí que fue detenido por el Servicio Marítimo, fue el artífice de su llegada y no le cobró por esta travesía. La humanidad logró hacerse un hueco en esta aventura clandestina.

Su deseo de alumbrar a su hijo en España se hizo realidad la pasada madrugada, cobrando protagonismo histórico, ya que esta joven se ha convertido, sin saberlo, en la primera inmigrante que tiene a su hijo en el CETI.

La chica, que se encuentra ahora ingresada en el hospital civil con su pequeño, fue asistida en la sala de Enfermería del campamento por el personal sanitario del centro, para después ser trasladada en una ambulancia hasta el clínico civil, donde permanece ingresada.

La Delegación del Gobierno ha felicitado al equipo del CETI por su atención y la joven recibió ayer mismo la visita de personal de la administración central.

Esta joven no está sola. Tiene un familiar en el CETI cuya presencia la animó a venir hasta Ceuta tras permanecer varios meses en Marruecos. Ahora, para ella, comienza una nueva vida. El hecho de haber tenido un hijo en España le facilita su regularización y su permanencia en el país, aunque no la de su pareja, por cuya llegada deberá trabajar la propia Gweró pidiendo la reagrupación familiar.

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