Suárez-Quiñones, quien ha visitado las obras acometidas en el barrio junto al alcalde burgalés, Javier Lacalle, y el director general de Vivienda, Antonio Aguilar, ha remarcado que en estos momentos se ultima la continuidad del proyecto con cargo a la prórroga del Plan Estatal de Vivienda de 2017.

En este sentido, ha explicado que en una nueva fase se intervendrá en 116 viviendas del barrio, que se unirán a los 320 pisos afectados por la primera intervención del Área de Regeneración Urbana, financiado por la Junta, el Ayuntamiento de Burgos, el Ministerio de Fomento y los propios vecinos.

El ARU de San Cristóbal abarca una superficie de once hectáreas situadas en la zona noreste del término municipal y acoge una promoción de vivienda pública realizada por el Ayuntamiento entre 1969 y 1972.

Se trata de 26 edificios de uso residencial, de bloques de cinco plantas sin ascensor y con superficies de viviendas de entre 40 y 76 metros cuadrados, a los que se suman otros tres bloques, con ocho portales, con un total de 644 viviendas.

El conjunto de las viviendas presentaba importantes patologías, entre las que destacaban la ausencia de envolvente térmica en las fachadas, cubiertas y portales, que provocaba importantes pérdidas energéticas.

La intervención ya acometida se ha centrado, fundamentalmente, en la mejora de la habitabilidad mediante la incorporación de una envolvente térmica en los edificios, tanto en fachadas como cubiertas.

ACCESIBILIDAD La rehabilitación se ha completado con la mejora de la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas, así como con la instalación de ascensores y la adecuación de los espacios e instalaciones comunes.

La regeneración urbana del barrio incluye, además de las obras en las viviendas, intervenciones en la propia urbanización de la zona, que incorpora carril bici y nuevas dotaciones, así como la renovación total de las redes de abastecimiento.

El proyecto cuenta, en su primera fase, con una inversión de 7 millones de euros, de los que 5,3 millones se han destinado a los edificios y 1,7 millones a la urbanización de los espacios públicos del barrio.

El Ministerio de Fomento ha aportado a esta fase 2,5 millones de euros y la Junta 1,7 millones, la misma cantidad que el Ayuntamiento y que se suma al 1,2 millones aportados por los propios vecinos.