Domingo de reacciones tras la multitudinaria manifestación en Barcelona de 200 entidades y algunos partidos políticos "por el derecho a decidir", justo el fin de semana en el que el servicio de Renfe se normalizó tras estar seis semanas suspendidas tres líneas de Cercanías.

Los participantes han pedido a los gobiernos español y catalán que "tomen nota del descontento", mientras que los ausentes critican la "hipocresía" de algunos que encabezaron la protesta.

"Los partidos politicos catalanes tienen que asumir estas reclamaciones, mientras que Madrid debe escuchar el clamor y entender que Catalunya dio ayer un toque de atención", declaró la portavoz de la entidad, Mònica Sabata.

Divorcio entre Montilla y Catalunya

Convergencia i Unió pidió a ERC e Iniciativa, los socios del PSC que sí fueron a la manifestación, que reflexionen sobre el "divorcio" entre el president Montilla y Catalunya: "Cuando la gente salió a la calle para pedir más poder para Montilla, éste se cerró en el Palau de la Generalitat", declaró el candidato de la federación a las elecciones generales, Josep Antoni Duran i Lleida.

Esquerra Republicana sí secundó la protesta. Carod Rovira, conseller de la Vicepresidencia, asistió. Su portavoz en el Parlament, Joan Ridao exigió al Gobierno central que respete "que en Catalunya crece la mayoría social favorable al derecho a decidir".

Iniciativa, que envió a su conseller Francesc Baltasar, insistió ayer en que la "prioridad en infraestructuras [y que motivaron la manifestación] es la mejora de las Cercanías", en palabras de su portavoz en el Congreso, Joan Herrera.

El PSC se justifica

Del PSC no asistió ningún cargo electo, aunque sí el ex president Pasqual Maragall (de baja como militante). También lo hizo Jordi Pujol (CiU). El partido habló de su compromiso para subsanar los problemas por la insuficiencia de infraestructuras y las incidencias causadas por el AVE.

El principal partido del Govern catalán criticó la asistencia de CiU, federación a la que el PSC ha afeado los problemas de carreteras o ferrocarriles que ahora sufre el entorno de Barcelona.

El presidente del PP en Catalunya, Daniel Sirera, vio la manifestación un grito "contra España" y acusó a Montilla de poner la Generalitat "al servicio de la independencia de Catalunya".