Castelao, el hombre que retrató la Galicia más dolorida

  • La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando dedica una exposición a la obra gráfica de este polifacético autor que también fue columnista, escritor, político y uno de los padres del nacionalismo gallego.
  • Reúne alrededor de 200 obras, entre ellas, las llamadas 'estampas de guerra', en las que denunció los horrores de la guerra civil y la represión fascista. 
Castelao. Si me tocase á min a lotería compraba pan, 1922-24 (Si me tocase a mí la lotería compraría pan). Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas. Tinta sobre papel, 34,8 x 23,6 cm Colección de Arte ABANCA
Castelao. Si me tocase á min a lotería compraba pan, 1922-24 (Si me tocase a mí la lotería compraría pan). Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas.  Tinta sobre papel, 34,8 x 23,6 cm Colección de Arte ABANCA
CASTELAO
Castelao. Si me tocase á min a lotería compraba pan, 1922-24 (Si me tocase a mí la lotería compraría pan). Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas. Tinta sobre papel, 34,8 x 23,6 cm Colección de Arte ABANCA

De Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, más conocido como Castelao (Rianxo, A Coruña, 1886 – Buenos Aires, 1950), es más conocida su faceta como columnista y escritor. Obras clásicas de la literatura en gallego como Os dous de sempre (1934), Os vellos non deben de namorarse (1941) y, sobre todo, Sempre en Galiza (1944), conectaron pasión literaria, política y teoría del galleguismo y sentaron, de paso, las bases del nacionalismo en Galicia.

Ya en el exilio, en la presentación pública de Sempre en Galiza en Buenos Aires diría: "El lápiz y la pluma fueron mis únicas herramientas, un pedazo de papel me basta como material, y con tan pobres elementos yo he podido expresar la grandeza de mis ideas y sentimientos. Y digo grandeza porque no son ideas y sentimientos míos, egoístas, sino ideas y sentimientos de un pueblo cansado de sufrir. Trabajé toda mi vida para convertir la idea en hecho histórico, y todo podrá ocurrir, todo, menos una cosa; que yo traicione la razón de mi vida y la confianza que mis hermanos depositan en mí".

El papel sería por tanto la base de su trabajo y en él daría rienda suelta también a una extensa creación gráfica: dibujos para ilustrar publicaciones y libros propios y ajenos, diseños, carteles, estampas... Durante años compagina el dibujo con la pintura, participa en exposiciones colectivas e individuales y a mediados de la década de 1910, la pintura cede terreno al arte gráfico, convirtiéndose en su preferencia.

De esto trata, precisamente, la exposición Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas, una coproducción de la Fundación Gonzalo Torrente Ballester, la Fundación Mapfre y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que llega a esta última institución hasta el próximo 26 de noviembre.

Una obra comprometida

La muestra, que reúne alrededor de 200 obras, muestra la evolución del autor tanto en la forma como en el fondo, porque cada obra de Castelao no se concibe sin su alto porcentaje de compromiso ético, social y político. Como indica el comisario de la exposición, Miguel Fernández-Cid: "Castelao realiza comentarios gráficos descriptivos de la realidad y las costumbres gallegas, pero pronto su obra adquiere un tono de compromiso que nunca perderá, hasta convertirse en uno de los principales ideólogos del pensamiento nacionalista" y añade "sus pinturas, dibujos e ilustraciones trazan un retrato de la realidad gallega, pero su ánimo no es costumbrista: mira y juzga, su visión es poco complaciente, crítica, con frecuencia dolorida".

En este recorrido por su obra gráfica se podrán ver desde las colaboraciones en la revista Vida gallega a las ilustraciones en las que el texto adquiere un protagonismo ascendente y que sintetiza bajo el título genérico de Cousas da vida. Todas ellas, pueden ser vistas como propuestas humorísticas pero también como reflexiones de fondo social. La progresiva politización de Castelao se ve reflejadas en carteles y las llamadas estampas de guerra (Galicia mártir, 1937; Atila en Galicia, 1937; y Milicianos, 1938). Fue tal la huella que dejaron estas últimas, que cuando murió en Buenos Aires la Dirección General de Prensa franquista advertiría: "de su actividad literaria y artística no se hará mención alguna del libro Sempre en Galiza ni de los álbumes de dibujo de la guerra civil. Cualquier omisión dará lugar al correspondiente expediente".

No pudieron, sin embargo, acallar por mucho tiempo su eco, que le convertiría con el paso de los años en una de las figuras más importantes del la cultura gallega. Como diría el propio Castelao: "el arte para mí no ha sido más que un elemento, un recurso, un medio de expresión, y con el lápiz o la pluma solo he querido ser un intérprete fiel de mi pueblo, de sus dolores y desesperanzas. Dibujé siempre en gallego; escribí siempre en gallego; y si sacáis lo que hay de gallego y de humano en mi obra no quedaría nada de ella".

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