Los problemas de una familia normal, estándar y feliz, comienzan con el traslado de ésta desde Austria a París. Los problemas entre la pareja, Víctor y Anette, aumentan y la familia acaba disgregándose. Doce años después, la hija  vuelve a París para encontrarse a un padre drogadicto.

Es la última película de Mia Hansen-Love, Tout est pardonné. La directora se adentra en el difícil terreno de la vida supuestamente estable de una persona familiar que es consumidora de drogas. La postura de la sociedad ante el tema, la diferencia frente al alcoholismo a la hora de afrontarlo y todas las cuestiones derivadas de este problema se ponen a debate en esta cinta de abundante hora y media.

Este drama está protagonizado por Paul Blain, un actor de referencia en Francia, Marie Christine Friedrich y por las hermanas Victoire y Constance Rousseau, que dan vida a la Pamela niña y la Pamela adolescente, respectivamente.

En la línea del cine más psicologista de Pedro Almodóvar (Todo sobre mi madre) o de Nick Cassavetes (The Notebook) está contada esta situación, con una elipsis temporal que permite distanciar los sentimientos y someterlos a juicios ajenos ya a los impulsos o los vinculos familiares.

Mia Hansen-Love presentó esta película en la última Quincena de Realizadores del Festival de Cannes junto con La France, de Serge Bozon, y La questione humaine, dirigida por Nicolas Klotz. Ambas incluidas en la sección oficial a concurso de la 45 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón que finaliza este sábado.

Esta jovencísima actriz y directora, nacida en 1981, tiene ante sí  una interesante proyección cinematográfica, ya por los trabajos en los que se involucra o los temas -y enfoques- que trata.

Tout est pardonné recoge una problemática actual, contada de un modo inquietante y amargo en ocasiones pero que deja también cierto espacio para otros sentimientos perennes, que hablan del perdón o la paciencia. Tiene también esta cinta cierta poética a cerca del tiempo, de cómo su paso logra curar.

* Hoy, a las 17.00 horas, en el Teatro Jovellanos (Paseo de Begoña. s/n). 3,5 euros.

De actriz a directora

Mia Hansen-Love fue durante muchas películas la actriz fetiche de Olivier Assayas y una habitual de Cahiers du Cinema. Su paso a la dirección ha ido con la aceptación tanto del público como de la crítica.