El ligero hipo en los pulmones de los adinerados españoles está olvidado. El patrimonio de los más adinerados sufrió un adocenamiento en los peores años de la crisis, pero desde 2011 el número de ricos crece sin remisión. El año pasado, sin ir más lejos, 9.600 personas se añadieron en España al recuento de millonarios que presenta anualmente Capgemini en su Informe de la Riqueza Mundial.

Hasta 202.100 españoles pudieron presumir de ser millonarios en 2016, una etiqueta que la consultora otorga a cualquier patrimonio superior al millón de dólares, unos 850.000 euros al cambio actual. Se trata de un crecimiento del 5% respecto a los 192.500 que se contabilizaron en 2015... y ya suman un 59% más que antes de la crisis.

El Gobierno justificó el año pasado el avance de los millonarios —en plenas protestas por la precariedad y la desigualdad del país— en que la amnistía fiscal había aflorado números patrimonios ocultos. Lo cierto es que el incremento de ricos en 2015 fue del 8,1% y lideró al resto de países europeos, mientras que en 2016 los apuntados a este selecto club han crecido un 5%, menos que en vecinos como Francia (11%), Italia (10%), Alemania (7%).

El avance en España —el 14º país del mundo con más millonarios— es también inferior a la media mundial, que se sitúa en el 7,5%. Y se sitúa lejísimos de la escalada de Rusia (19,7%), cuyos adinerados recuperan el tono después de un alicaído 2015 en el que perdieron un 1,5% en su club de adinerados.  Un vuelta al calcetín similar a la Brasil, que pasa de perder un 7,8% de ricos en 2015 a ganar un 10,7% en 2016.

Y es que los grandes avances de patrimonio se dieron el año pasado en Europa y en Norteamérica, después de años a la sombra de la pujanza asiática. La fortaleza que experimenta la recuperación en Occidente, especialmente en sus mercados de renta variable, ha acrecentado un 7,7% la cifra de millonarios europeos y un 7,8% la de norteamericanos. Porcentajes que solo supera África (8,1%) y superiores a los de Asia-Pacífico (7,4%) y Oriente Medio (4,8%).