Demasiado turismo de naturaleza puede poner en peligro la biodiversidad de España

El Día Mundial del Turismo se celebra cada 27 de septiembre. Este año se centra en el turismo sostenible como instrumento de desarrollo, por lo que (en sintonía con el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, 2017) el día estará dedicado a explorar la contribución del turismo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Lo de turismo sostenible le afecta especialmente al medio ambiente. Animamos al turista más curioso a conocer la naturaleza desde el respeto, pero hay que evitar morir de éxito. Un excesivo aumento del turismo de naturaleza "puede poner en peligro la biodiversidad". Lo denuncian Ecologistas en Acción, Greenpeace y SEO/BirdLife que ponen como ejemplo la "masificación" en las Islas Cíes (Galicia), el incendio de Doñana (Huelva) y La Pedriza (Madrid).

Entre 2009 y 2016, el turismo de naturaleza en España ha elevado en un 32% el número de viajeros en el ámbito del turismo rural y en un 24% las pernoctaciones, mientras que el número de visitantes a Parques Nacionales ha aumentado un 34% en los últimos 10 años. Muy bonito, pero... las ONG ambientales reivindican precisamente que "no se olvide cuál es el objetivo de un espacio protegido".

El estudio del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente señala, además, que el número de turistas de naturaleza en España, oscila entre los 28 y los 65 millones al año, lo que supondría entre el 12% y el 29% de las visitas turísticas totales. Se da también una "fuerte internacionalización" de la demanda, ya que en el periodo estudiado el peso de los viajeros extranjeros ha crecido en un 9%, y los que más han crecido en número de viajeros han sido los Países Bajos (219%) y Reino Unido (175%).

Además del aumento a las visitas de los Parques Nacionales, también crece el número de visitantes a espacios naturales protegidos en las últimas décadas, al pasar de 4,2 millones en el año 1973, a los 21 en 2012. El estudio de Medio Ambiente hace hincapié en el turismo ornitológico y en el de observación de mamíferos, principalmente, lince, oso y lobo, que "han experimentado una demanda creciente en los últimos años y se espera que siga en aumento".

"El turismo de naturaleza es sin duda un recurso importante para el desarrollo rural y genera beneficios a las entidades locales, pero no debemos olvidar que están explotando un recurso frágil, con seres vivos", explica el portavoz de SEO/BirdLife, Ramón Martí. Por ello, lamenta que en algunos lugares, como en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, donde se encuentran las Islas Cíes, se hayan "vulnerado las normas".

Por su parte, la responsable del área en Greenpeace, Pilar Marcos, asegura que, ante todo, "el turismo tiene que ser respetuoso con el medio natural" y señala que el problema de España "parte de una mala organización del territorio". En este sentido, propone blindar los espacios protegidos para que no ocurran cosas como el incendio de Doñana", donde ardieron 8.486 hectáreas en el espacio natural, que afectó a un total de 70 especies de aves, 40 variedades de plantas y 38 mamíferos, entre ellos, el águila imperial y el lince ibérico.

La portavoz de Ecologistas en Acción, Belén García de la Torriente, destaca que el Gobierno "no está haciendo una gestión adecuada y no existe un control de flujos". Para García, "un ejemplo claro es La Pedriza (Comunidad de Madrid, donde la gente se baña en sitios donde no debe y utiliza el coche por muchas lugares, degradando así los ecosistemas". Por ello, subraya la importancia de "decirle a la gente el valor que tienen las cosas y hasta dónde se pueden usar, porque muchas veces, no lo saben por desconocimiento".