Más de 300 vecinos de Granada se han encontrado estos días con una carta de desahucio en su buzón, si bien la misiva no implica que tengan que hacer las maletas.
Se trata de un trámite burocrático por el que la Junta de Andalucía les retira la titularidad del contrato que firmaron hace años por el alquiler de una de las 528 VPO que el Gobierno andaluz construyó en la Zona Norte allá por los 80.
La mayoría de los inquilinos de entonces abandonaron las viviendas, cediendo el uso y disfrute a familiares, amigos o desconocidos sin ningún tipo de regularización.
La necesidad de afrontar la rehabilitación de las tres promociones de la Zona Norte -muy deterioradas en la actualidad- llevó a la Junta de Andalucía a iniciar una investigación sobre cuáles eran los ocupantes reales de esas viviendas.
El resultado es una larga lista de órdenes de desahucio administrativo -van por 300 pero pueden ser más- sobre los antiguos moradores.
El objetivo es regularizar la situación de las familias que realmente habitan esos pisos desde hace años. Ahora bien, en esta ocasión EPSA (Empresa Pública de Suelo de Andalucía) vigilará con especial recelo que se cumplan las obligaciones contractuales, según fuentes del Gobierno andaluz.
Y es que algunos residentes denuncian que «muchos vecinos no pagan el alquiler». La mensualidad asciende a unos 30 euros de media, aunque depende del tipo de piso.
Rehabilitación de los pisos
La recuperación de la zona implica, además, la rehabilitación de los pisos, una fase que se ha iniciado a la par de la identificación de los inquilinos «para no demorar más los trabajos», comentan en el barrio.
Se trata de viviendas ubicadas en las calles Merced Alta, Joaquina Egüaras, Casería del Cerro, Modesto Cendoya, Padre Claret y plaza María Josefa Recio.
"No he podido evitar los gritos de alegría"
Ayer se celebró en Baza el primer sorteo de viviendas protegidas tras siete años de sequía Ô La expectación era máxima: Se rifaban 30 VPO en régimen de venta entre 130 aspirantes.
Muchos bastetanos participaron ayer de la alegría de los 30 agraciados que consiguieron un piso en el primer sorteo de viviendas sociales que se celebra en la localidad desde el año 2.000.
«No he podido evitar los gritos de alegría», comentaba Isabel Muñoz poco después de ver caer su bola del bombo. Como esta joven de 25 años, Trinidad Mateos, de 28 y embarazada de cuatro meses, exclamaba: «Me he llevado tal sorpresa que pensaba que el niño iba a empezar a dar patadas. No sabía cómo avisar a mi marido».
Los que no tuvieron tanta suerte tendrán otra oportunidad en las siguientes promociones que se harán en el municipio.
También ayer la Junta de Andalucía entregaba otras 48 VPO construidas junto al recinto ferial de Almanjáyar. El precio de los pisos, de entre 46 y 70 metros útiles, ha rondado los 62.700 euros.
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