David Bestué, cuando la materia se reencarna (en arte)

  • El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía estrena un nuevo proyecto de su programa 'Fisuras' realizado por el artista barcelonés David Bestué.
  • 'Rosi Amor', que podrá verse hasta el próximo 26 de febrero, parte de tres técnicas escultóricas distintas para evocar tres lugares diferentes de la geografía española.
David Bestué. Motor de sangre sobre banco de arena y vasos de hueso y mármol, 2017. Resina, arena, harina de sangre, y polvo de mármol y hueso.
David Bestué. Motor de sangre sobre banco de arena y vasos de hueso y mármol, 2017. Resina, arena, harina de sangre, y polvo de mármol y hueso.
DAVID BESTUÉ
David Bestué. Motor de sangre sobre banco de arena y vasos de hueso y mármol, 2017. Resina, arena, harina de sangre, y polvo de mármol y hueso.

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía abre las puertas estos días su nueva temporada de exposiciones y se estrena con un nuevo proyecto de su programa Fisuras, enfocado a tomar el pulso a las tendencias más actuales. En esta ocasión, el encargado de romper el fuego es el artista catalán David Bestué (Barcelona, 1980) que nos invita a contemplar, hasta el próximo 26 de febrero, una verdadera metamorfosis gracias a su trabajo Rosi Amor.

Bestué, cuya práctica artística se centra fundamentalmente en la escultura, pero dotada en muchas ocasiones de un origen preformático y un carácter efímero del que solo quedará finalmente la documentación fotográfica, se sirve en esta ocasión de lo material para crear una metáfora poética de distintos lugares de España.

El proceso de creación de Rosi Amor, proyecto concebido específicamente para el Espacio 1 y la Sala de Bóvedas del Reina, parte de tres técnicas escultóricas: el corte láser, el molde y la reutilización de elementos de diferentes épocas, con los que el artista evoca tres lugares diferentes. Afincado actualmente en Madrid, Bestué se ha inspirado en dos barrios madrileños tan opuestos como Vallecas y Las Tablas y también en el Monasterio de El Escorial para hacer una radiografía de la geografía española.

Vallecas sería lo popular, lo material, allí están Mercamadrid y el vertedero de Valdemingómez, que el artista asocia al motor o estómago de una ciudad. La nueva zona de Las Tablas se identificaría con el poder y lo cerebral, que este caso se representa gracias a las técnicas de control láser e informáticas. Y por último, El Escorial sería la historia, la tradición, el pasado de este país.

Poemas de resina

Contemplando cada pieza lo primero que va a llamar la atención de los asistentes son los materiales de los que parte el autor para darles forma: hay carne, polvo de ruinas, cenizas, piedra de El Escorial, pétalos de rosa, sal, azúcar, plásticos y metacrilatos, hueso y mármol, arena de playa o sangre. La materia orgánica se reencarna y adopta una nueva vida en forma de obra de arte. Y para llegar a ella, Bestué pulveriza, deforma y transforma.

De esta forma en la primera sala se presentan una serie de péndulos y planchas recortadas con siluetas geométricas realizadas en metacrilato y cortadas al láser, con una estética fría que evocan la modernidad y el ambiente aséptico del barrio de Las Tablas.

A ésta le siguen los llamados 'poemas de resina' donde utiliza esos materiales orgánicos de los que hemos hablado antes y que él utiliza molidos, pulverizados y mezclados con resina para darles consistencia. Estos poemas evocan a Vallecas y en ellos ha utilizado materiales procedentes de este barrio. Por ejemplo en la pieza A y B ha reutilizado un trozo de una pared real donde nació una persona y un trozo de pared real de la habitación donde murió esa misma persona.

"Me importa la materia porque es la pervivencia del pasado traída al presente por cualquier objeto. En los 'poemas de resina' lo que hago es licuar la materia, pulverizarla. Al moler un objeto atomizo su sustancia para que adquiera un nuevo cuerpo", explica el artista.

El pasado siempre vuelve

Por último, la Sala de Bóvedas, situada en el sótano del museo, se vincula simbólicamente con el descenso para acceder a la cripta del Panteón de Reyes de El Escorial. Aquí el artista ha acumulado elementos del pasado, sin jerarquía ni orden, en la que se mezclan diferentes tiempos históricos.

"Son formas carentes de contenido, cáscaras del pasado que se pueden manipular porque están muertas", señala el escultor sobre los objetos que reúne en la Sala de Bóvedas, que remiten "a una España del Imperio, de lo católico, lo pesado y lo duro".

Tan importante como lo material es la relación entre estas esculturas y el lenguaje, la palabra. Para esta exposición, el artista se ha inspirado en varios poetas españoles que van de Góngora, por su vinculación espacial y temporal con El Escorial, hasta recalar en la generación del 27, con fragmentos de Juan Ramón Jiménez y Machado.

Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, la obra Bestué se ha caracterizado siempre por su simbiosis entre la forma, la arquitectura, la poética y la ironía tocando diversos formatos como la escultura, el vídeo o la fotografía. Entre sus exposiciones individuales anteriores a esta del Reina Sofía destacan las celebradas en La Capella (Barcelona), Gasworks (Londres), Arkitekturmuseet (Estocolmo) o la Sala Montcada (Barcelona).

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