En el caso de Ourense, el procesado, mayor de edad y sin antecedentes penales, comenzó a residir en el domicilio de la menor a la que abusó y agredió sexualmente cuando inició una relación con la madre de ésta en junio de 2011, según se indica en el escrito del fiscal.

El hombre, tal y como se indica en el escrito, comenzó a acercarse a la menor cuando ambos se encontraban solos en el salón, abusando y agrediendo sexualmente a la menor.

En octubre de 2011 el hombre abandonó el domicilio de la madre de la menor al finalizar su relación, si bien siguió visitando la casa y manteniendo contacto con la menor. De hecho, se instaló de nuevo en el domicilio como inquilino en abril de 2012 y hasta finales de septiembre de ese año.

El acusado volvió a aprovechar las ocasiones en las que se encontraba a solas con ella para mantener relaciones de carácter sexual venciendo la oposición de la menor. Además, le manifestó que la quería, le prometió un futuro juntos y le dijo que, en caso de contar algo, se quedaría sola porque él iría a la cárcel y su madre la mandaría con su padre.

A consecuencia de estos hechos, la menor presenta síntomas de ansiedad, labilidad emocional, sentimientos de vergüenza, tristeza, miedo, desconfianza, pensamientos recurrentes, evitación de conversaciones y pensamientos y alteración del sueño.

Los hechos son constitutivos de un delito continuado de abuso y agresión sexual, por lo que, indica el escrito del fiscal, procede imponer la pena de 14 años de prisión al acusado.

En cuanto a la responsabilidad civil, el acusado deberá abonar a la menor la cantidad de 10.000 euros por los daños psicológicos causados.

YA HABÍA SIDO CONDENADO

En el caso de A Coruña, el procesado ya había sido condenado por sentencia firme en el año 2009 a una pena de prisión de dos años y cinco de alejamiento por un delito de agresión sexual a un menor de edad.

El acusado, entre 2010 y 2011, convivió durante unos ocho meses junto con su entonces pareja y las tres hijas de ésta, entre ellas la menor de la que abusó.

Cuando se quedaba a solas con la menor, el hombre aprovechaba para abusar sexualmente de la menor pese a su oposición. De hecho, la niña tuvo episodios de nerviosismo, miedo, angustia y temor.

El padre de la menor interpuso una denuncia por estos hechos en enero de 2016, ratificada ante el Juzgado de Instrucción en marzo de este mismo año.

Los hechos relatados son constitutivos de un delito continuado de abuso sexual a menor de 13 años. Por ello, la Fiscalía pide una pena de 12 años de prisión para el acusado y una indemnización de 60.000 euros por daño moral a la menor.