Su barba es característica para todos los que le conocen. Es su distintivo. A sus 61 años Juan Francisco López, es uno de los sindicalistas que más tiempo lleva al frente de los representantes de UGT. Concretamente en el sector de carreteras y urbanos de la Federación de Transportes, Comunicaciones y Mar (TCM) en Jaén. Actualmente es el más mayor con responsabilidad dentro de su rama, no sólo de Andalucía, también de España.

¿Cómo comenzó su andadura por el sindicato?

Me afilié en el año 1979. Venía de una familia de ideología socialista y en mi sector las exigencias de la patronal apenas dejaban respirar a los empleados. La vida de los transportistas era muy dura. Cuando se creó la primera federación de UGT en Jaén, que fue TCM, entré ocupando el cargo de secretario en el sector que actualmente represento, aunque previamente aporté mi colaboración como delegado de personal en las empresas que trabajaba.

¿Cómo recuerda aquellos años de lucha?

Uno de los momentos que más recuerdo es el de la negociación del convenio de transportes que, por aquel entonces, unía a discrecionales y a regulares. Fue duro pero conseguimos importantes mejoras. Además, en aquel año Cándido Méndez, actual representante de UGT, era el secretario de Acción Sindical y también participó en aquella negociación.

Como trabajador del mundo del camión, ¿en qué cree que ha mejorado en estos últimos años el sector?

En primer lugar hay que tener en cuenta que las carreteras han evolucionado notablemente, lo que repercute directamente a la hora de conducir. La conversión de las carreteras en autovías y autopistas en todo un avance para nuestra seguridad, entre otros aspectos. En cuanto a los propios medios de transporte, está claro que la nueva tecnología ha permitido que ya no tengamos que pasar frío en las cabinas. Así como poder dormir dentro de los camiones con medidas adaptadas.

De todas formas era y sigue siendo un trabajo sacrificado, ¿no?

Hay que tener en cuenta que se trata de una actividad que requiere de un esfuerzo físico. De hecho, la mayoría de los conductores, comienzan con 20 ó 25 años, y lo dejan a los 40 ó 50, pasando a otro sector. Antes había más desgaste físico, ya que eran muchas las horas, las que se pasaban delante del volante y los jefes eran muy exigentes. De todas formas lo que peor se lleva es todo el tiempo que pasas fuera de tu casa, sin poder ver a tu familia. Aunque al final todos nos adaptamos es duro no poder ver en una semana a tu mujer e hijos.

Usted se volcó al sindicato aportando todo su empeño en defender a los trabajadores de su sector, pero, ¿cómo observa el "espíritu sindical" de los jóvenes en la actualidad?

En general veo cierta apatía. La mayoría va a sus intereses: exigen pero luego no se implican, lo que demuestra una auténtica falta de "espíritu sindical".

¿Ha pensado dejar su puesto de representante en el sindicato?

¿Hasta qué punto le ha beneficiado su implicación sindical?

Personalmente me ha recompensado, aunque también he tenido que aprender que no siempre sale todo lo bien que uno deseara. Para mí siempre quedará la satisfacción de haber puesto mi grano de arena en la organización.

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