Un arquitecto municipal de València niega haber cobrado para agilizar la licencia de un prostíbulo: "Ni una peseta"

  • Un arquitecto del Ayuntamiento de València, que ocupa el cargo de jefe de sección en la Oficina Técnica de Expropiaciones del Servicio de Gestión Urbanística, ha negado ante un jurado popular haber cobrado a un ciudadano por agilizar la obtención de la licencia de un prostíbulo: "Nunca me ha dado ni una peseta. Ni 50 euros. Me tomé una Coca-Cola con él y me fui sin pagar porque estaba cabreado. Nada más".
Ciudad de la Justicia de Valencia
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EUROPA PRESS
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Este arquitecto se ha sentado hoy en el banquillo de los acusados ante un jurado popular en la Audiencia de València y se enfrenta a una pena de un año de prisión por un delito de tráfico de influencias, tal y como le reclaman el ministerio fiscal y la acusación -el consistorio-. La defensa reclama la absolución.

El acusado niega haber cobrado nada por agilizar esta licencia, que en un principio figuraba que era para la apertura de una pensión con cafetería, aunque realmente era para un prostíbulo. Tras su negación, el fiscal ha pedido a la Sala que reprodujera una conversación que mantiene con la víctima en la que se escucha -aunque él no la reconoce como propia- cómo le pide "600 euretes" y "dos polvos más cuando lo tengáis inaugurado".

"Con 600 euretes lo podemos adelantar", se escucha en la conversación, y le matiza "con esto, discreción. Si no, se acabará el rollo". El acusado ha negado que él participara en esta conversación, aunque sí ha reconocido otras dos con la víctima en la que habla del pago de una cantidad de dinero para pagar unas reposiciones a un técnico particular, pero no como una especie de comisión.

El acusado ha insistido: "Nunca he pedido nada por agilizar una licencia porque, además, es naturalmente imposible". También ha aseverado que "nunca" pidió el expediente de la víctima ni quiso verlo porque no podía. "Para mí, él es una pesadilla ahora, pero antes no. Antes era el cachondeo del rumano que iba a abrir un prostíbulo...", ha agregado.

Preguntado por el fiscal si se toma tanto interés con cualquier persona que le pide información para tramitar una licencia, ha respondido que "sí": "Tengo un carácter abierto. Rotundamente sí. Si venía de la radio, sí". Sobre esta última información, el acusado ha explicado que colaboraba en una radio valenciana y daba su teléfono y correo electrónico para atender dudas o dar consejos.

Sobre el caso de la víctima, ha expuesto que iba a tener "mucha cancha" en la radio y, por este motivo, ha dicho, le atendía. "Por eso quería quedar bien con él. El morbo de la apertura de un club de alterne, el caso de una licencia inocua...", ha proseguido. En resumen, el acusado ha admitido contactos y recomendaciones a la víctima, pero ha negado haber cobrado por ello.

LOS HECHOS

Los hechos sucedieron entre 2014 y 2015, cuando la víctima, de nacionalidad búlgara, solicitó una licencia municipal para una pensión con cafetería y fue informado de que los trámites se iban a retrasar debido a la cantidad de solicitudes.

Así, el solicitante se puso en contacto con el acusado por teléfono y quedaron en ir a ver el local junto a otro arquitecto municipal. "Cuando llegamos allí y vimos que ya tenían un proyecto, nos fuimos. No estuvimos ni cinco minutos", ha expuesto el arquitecto.

Tras ello, ha reconocido que tuvieron más conversaciones por teléfono y que quedaron un día para explicarle el estado del expediente y posibilidades. Pero ha negado, tal y como sí sostiene el ministerio fiscal, que le pidiera 50 euros por estos trámites. Así como también ha negado que luego le reclamase otros 600 más por agilizar el expediente.

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