"Es frecuente que la imagen que se muestra de las mismas en la red poco tenga que ver con la realidad", ha advertido en una nota de prensa Facua Granada, asociación para la que "el futuro inquilino debería revisar el alojamiento de forma presencial, en busca de posibles problemas o defectos que no aparecerán de ordinario en esa publicidad".

Es esencial, en este sentido, "desconfiar de los precios especialmente reducidos" y realizar un inventario del mobiliario de la vivienda, tanto de los muebles como del ajuar y el resto de elementos presentes en la misma. Será un anexo que formará parte del contrato de alquiler y protegerá a las partes de "posibles reclamaciones por cosas que se rompen o estropean mas allá del mero uso del mismo".

Entre los consejos que Facua Granada da a los universitarios que llegan a la ciudad, figura que el contrato de alquiler "siempre debe ser por escrito". En este contrato, deben figurar las condiciones del alquiler, la duración del citado contrato, la identificación de los titulares de la vivienda y del arrendador, la asignación de gastos como luz, agua o impuestos, y cualquier otro aspecto de importancia que se considere.

El contrato de alquiler "no tiene un formato determinado por lo que puede realizarse de forma libre siempre que haya acuerdo entre las partes" pero, no obstante, "conviene revisarlo con detalle antes de firmarlo en busca de cualquier cláusula abusiva".

Este contrato es igual de necesario cuando se comparte piso. En este caso, los nuevos compañeros que se incorporen a un piso de estudiantes también deberían de firmar al menos un acuerdo privado en el que "se recojan las condiciones del arrendamiento de la habitación y el resto de cuestiones de interés".

Respecto a los pagos, en el momento del contrato es necesario abonar tanto la fianza, que se devolverá una vez se desaloje la vivienda si la misma se entrega en buen estado, como la mensualidad correspondiente al mes en curso. Si ha intervenido una agencia también es habitual que se cargue al inquilino el coste del mes de agencia que supone sus honorarios, aunque este aspecto puede negociarse con el arrendador.

Entre los gastos que deben asumir los inquilinos también se encuentran los propios de la vivienda como agua, luz o comunidad. También deberán abonarse los gastos o reparaciones propias del uso y desgaste de la vivienda como una bombilla que se funda, por ejemplo. Sin embargo, las derramas -reparaciones mayores propias del mantenimiento de la vivienda y similares- deben estar a cargo del propietario.