El Supremo reprende al Gobierno israelí por impedir el rezo mixto en el Muro de las Lamentaciones

  • El espacio está dividido en dos secciones: una para hombres y otra para mujeres, esta última de menor tamaño.
  • Las mujeres no pueden rezar en voz alta, cantar ni leer rollos de la Torá.
  • El Ejecutivo de Netanyahu suspendió un acuerdo llevado a cabo en enero de 2016 tras años de negociaciones.
Vista de la zona de rezo delimitada para hombres y mujeres en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén.
Vista de la zona de rezo delimitada para hombres y mujeres en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén.
S. GOZALO
Vista de la zona de rezo delimitada para hombres y mujeres en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén.

El Tribunal Supremo israelí ha instado este jueves al Ejecutivo del primer ministro, Benjamin Netanyahu, a reconsiderar la suspensión de un plan para crear un espacio de rezo mixto e igualitario en el Muro de las Lamentaciones, como demandan los sectores judíos no ortodoxos.

La presidenta de la corte, Miriam Naor, ha lanzado duras palabras contra una resolución gubernamental que frenó en junio la implementación del acuerdo cerrado en enero de 2016, tras años de negociaciones y peticiones encabezadas por organizaciones como las Mujeres del Muro y los movimientos reformista y conservador del judaísmo.

Ese pacto daba luz verde al establecimiento de un espacio en el lugar de rezo más sagrado para los judíos en el que hombres y mujeres puedan rezar juntos y siguiendo rituales ajenos a la ultraortodoxia, que controla el lugar e impone la segregación por géneros y limitaciones a la oración de las mujeres, como no vestir los taledos o filaterias y no leer del rollo de la Torá (Pentateuco).

Su suspensión se interpretó como resultado de las presiones de los partidos ultraortodoxos, que forman parte de la coalición de Gobierno de Netanyahu.

"¿Qué significa 'suspender'?", preguntó la magistrada al abogado del Estado y defendió que el compromiso adquirido por Gobierno de habilitar una plataforma igualitaria para las corrientes judías que deseen utilizarla fue "aceptado, acordado, respetuoso y apropiado", informa el diario Haaretz.

El Estado, señala la jueza, debe cumplir lo acordado o explicar por qué no es posible hacerlo.

"Ahora pueden ocurrir dos cosas: que el Gobierno trate de convencer a la Corte de su decisión, es decir, de no implementarlo, o que la Corte decida volver instaurarlo", explica Hila Perl, directora de comunicación de la organización feminista Mujeres del Muro, que exige se cumpla lo prometido.

"Esperamos saber algo más la próxima semana", añade Perl, que prevé que el caso se convierta en una "batalla legal de idas y venidas" hasta alcanzar una resolución final.

Otra integrante de ese colectivo feminista, Riki Shapira-Rosenberg, valora que con la sentencia de este viernes el Supremo "ha mandado un claro mensaje al Estado de que debe implementar el pacto".

La presidenta de Mujeres del Muro, Anat Hoffman, ha firmado en un comunicado que durante las negociaciones sintieron "que hacían historia" y el tribunal "ha demostrado hoy que ese sentimiento es correcto".

Se espera que el Supremo de un plazo de entre uno y dos meses al Estado para responder dos preguntas: si va a revisar su decisión de suspender el acuerdo y, en el caso de que no sea así, si la Fiscalía cree que la corte tiene autoridad para imponer al Gobierno un acuerdo, informa Haaretz.

El Rabinato Jefe defiende que el Supremo no puede imponer su criterio en el Muro de las Lamentaciones ya que, legalmente, es este organismo "quien debe determinar las normas halájicas (en cumplimiento de los preceptos judíos)" en el lugar.

Limitaciones en los derechos de las mujeres

La Corte ha comenzado este jueves la revisión conjunta de tres casos relacionados con derechos y prohibiciones sobre el rezo en el Muro de las Lamentaciones, último vestigio en pie de la muralla que rodeó el Segundo Templo, situado en el la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Desde 1967, el sitio está dividido en dos secciones: a la izquierda y más grande, la de los hombres, y a la derecha y ocupando un espacio menor, la de las mujeres, que no pueden rezar en voz alta, cantar ni vestir la indumentaria de rezo como los taledos.

El primer caso es el referente a la plataforma para el rezo igualitario, por la que pelean desde hace años corrientes reformistas y conservadoras, que exigen una nueva redistribución del espacio actual.

El segundo es la solicitud del grupo Liba de mujeres ultraortodoxas, opuesto a cualquier espacio abierto de este tipo, que argumenta que el Gobierno no tiene autoridad para tomar estas decisiones.

Por último, se espera que aborde otro caso que debate la prohibición a las mujeres leer los rollos de la Torá, que está prohibido introducir en el lugar y están disponibles solo en la sección masculina.

El establecimiento de un espacio de rezo mixto sería un logro histórico para las vertientes no ortodoxas del judaísmo, mayoritarias entre los judíos aunque sin poder en las autoridades rabínicas de Israel, dominadas por la ultraortodoxia.

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