Al menos 89 muertos en varios ataques de rebeldes musulmanes rohinyás en Birmania

  • De los fallecidos, 12 son policías y 77 rohinyás, según el recuento del Gobierno. 
  • Los rohinyás pertenecen a una minoría étnica que sufre continuas discriminaciones.
  • El Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan ha reivindicado el ataque.
Un soldado birmano camina en el estado de Rakhine (Birmania), cerca del lugar donde se ha producido un enfrentamiento entre militares y rohinyás.
Un soldado birmano camina en el estado de Rakhine (Birmania), cerca del lugar donde se ha producido un enfrentamiento entre militares y rohinyás.
EFE
Un soldado birmano camina en el estado de Rakhine (Birmania), cerca del lugar donde se ha producido un enfrentamiento entre militares y rohinyás.

Al menos 89 policías y rebeldes han muerto este viernes en el oeste de Birmania tras diversos ataques de musulmanes rohinyás contra varios puestos fronterizos, unos enfrentamientos sin precedentes desde hace meses, según las autoridades birmanas.

Según el último balance publicado por el gobierno de la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, 12 miembros de las fuerzas de seguridad y 77 "terroristas" rohinyás perdieron la vida.

"Militares y policías combaten juntos contra los terroristas bengalíes", declaró el general Min Aung Hlaing en su página de Facebook.

El Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) ha reivindicado la acción. El ARSA se justifica con la necesidad de defenderse de los abusos que padece la minoría musulmana rohinyá a manos del Ejército.

El término rohinyá es tabú en Birmania, donde se les considera inmigrantes del vecino Bangladés, por lo que se les llama bengalíes, en este país de mayoría budista marcado por la influencia de monjes radicales que denuncian a los musulmanes como una amenaza.

Se trata de los enfrentamientos más intensos desde hace meses en la región del estado de Rajin, donde existen fuertes tensiones entre musulmanes y budistas.

Allí viven decenas de miles de rohinyás, una minoría musulmana víctima de fuertes discriminaciones en Birmania. No tienen acceso ni a los hospitales ni a las escuelas ni tampoco al mercado de trabajo.

Más de 20 comisarías de policía han sido atacadas por unos 150 rebeldes rohinyás este viernes por la mañana, según ha dado a conocer el gobierno civil de Aung San Suu Kyi.

Mediación de la ONU

Los combates continúan este viernes, según el general Min Aung Hlaing, que destacó que los atacantes han robado armas en varias comisarías y algunas de ellas siguen rodeadas.

El modus operandi se parece al empleado en una serie de mortíferos ataques contra puestos fronterizos en octubre de 2016.

Tras estos choques, miles de rohinyás huyeron al vecino Bangladés y denunciaron que el ejército cometió violaciones colectivas, torturas y asesinatos masivos tras los ataques.

El grupo ARSA acusa al Ejército de cometer al menos doce asesinatos, saqueos y violación de mujeres en Rathedaung y Maungdaw en las últimas semanas con el objetivo de provocar inestabilidad y hacer fracasar el trabajo de la comisión de la ONU.

Por su parte, el Gobierno birmano ha mencionado "la coincidencia de estos ataques con la publicación del informe final de la comisión" dirigida por Kofi Annan, el exsecretario general de la ONU, sobre la situación en el estado de Rajin.

"Ninguna causa puede justificar tal brutalidad y muertes sin sentido", ha manifestadoAnnan en un comunicado de condena de los ataques y en el que pide contención a las fuerzas de seguridad e insta a todas las partes a rechazar la violencia.

La comisión instó el jueves a Birmania a dar más derechos a los rohinyás, especialmente, de movimiento, sin lo cual podrían "radicalizarse".

Tras los enfrentamientos de otoño de 2016, el ejército endureció sus acciones en la región, incendiando aldeas y obligando a los rohinyás a huir a Bangladés.

La situación es particularmente difícil para los 120.000 musulmanes que viven en los campamentos de desplazados en el estado de Rajin, de donde muy pocos pueden salir, gracias a salvoconductos.

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