El dispositivo previsto inicialmente ha sido ampliado después de los atentados de Barcelona y Cambrils, para que, tal como ha explicado el alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, "festeros, vecinos y visitantes vivan las fiestas morocristianas sin miedo y con el respeto y tolerancia que las caracteriza".

La Policía Nacional contará con agentes de paisano, pondrá coches patrulla en puntos estratégicos para impedir el paso de vehículos y realizará controles con policías equipados con armas largas y barreras de pinchos metálicas.

La Guardia Civil será quien se ocupe de la seguridad en el diseminado y el extrarradio del casco urbano y la Policía Local tendrá activos a la totalidad de sus agentes disponibles para colaborar con el resto de cuerpos y fuerzas de seguridad tanto en la ciudad como en el diseminado.

En total, más de 100 agentes que trabajarán de manera coordinada, al marco de un dispositivo que también se refuerza con bloques de hormigón para evitar específicamente hechos como el de Barcelona.

El regidor de Servicios Municipales, Manuel Cuesta, ha explicado que el Ayuntamiento dispone de 60 bloques de hormigón de los llamados New Jersey que se recolocarán en función del recorrido de los diferentes actos.

Un total de 72.000 kilos de estos elementos que en caso de emergencia podrán ser retirados rápidamente por dos vehículos con elevadores conducidos por operarios de servicio durante las 24 horas y que irán acompañados por agentes de la Policía Local. La concejala de Seguridad, Tudi Guillem, recordaba también que estos días se prohibirá la circulación de vehículos, antes de los actos, el tiempo necesario para una correcta y ordenada preparación de las diferentes vías.