Así lo ha puesto de manifiesto en el transcurso de su visita al lugar, junto con la presidenta de la asociación de vecinos Realejo-San Matías, Piedad Cardenete, en la que han pedido que las peticiones que los vecinos del barrio canalizan a través de la Junta de Distrito Centro sean atendidas, porque cada vez es menos frecuente que la gente visite el parque por "las situaciones que aquí se encuentran".

Ropa abandonada, restos de botellas y latas, colillas, tablas sueltas, restos de excrementos de animales y personas o farolas rotas con sus correspondientes cristales en el suelo son algunas pruebas que evidencian "descuido generalizado provocado por la dejadez del gobierno socialista encabezado por el alcalde, Francisco Cuenca, con este parque ubicado en un entorno histórico" de Granada, ha afirmado el concejal.

Según Caracuel, el parque, en muchas ocasiones, no se cierra o se cierra demasiado tarde, no respetando el horario indicado en su misma entrada, y ello provoca que en el interior se produzcan botellones y consumo de otras sustancias, además de actos incívicos de destrozos de mobiliario que, a juicio del concejal, "impiden el desarrollo de la actividad normal que tiene un parque, que puedan venir niños a jugar, familias o personas mayores a pasear o tener un rato de descanso".

En este mismo sentido se ha pronunciado Piedad Cardenete, quien ha explicado que "este parque carece del seguimiento que debiera hacérsele", echando en falta "mayor vigilancia". "Hubo un tiempo en que había un vigilante y las cosas marchaban estupendamente", ha declarado Cardenete, que ha resaltado que "no hay cámaras, no hay vigilante y aquí la gente hace lo que quiere".