Estudian en Sevilla las secuelas que sufren los hijos de las maltratadas

Es un programa piloto en España con niños de 6 a 12 años, para evitar que ellas se conviertan en víctimas y ellos, en agresores .

Los hay que se aíslan con la televisión para hacer que ni ven ni oyen, otros, sobre todo las niñas, copian los comportamientos sumisos de sus madres, y los hay que asumen el papel de defensores de su madre ante los ataques hacia su pareja.

Esta última es la reacción más peligrosa de todas: implica comportamientos violentos que les pueden llevar incluso a matar al agresor de su madre. Lo hacen llevados por un deseo de hacer justicia, de ahí que esta conducta sea conocida como el Síndrome del Príncipe Vengador.

No es la única señal de rechazo que surge en hijos de las maltratadas. También hay casos, frecuentes, en los que la agresividad del hijo se dirige contra la madre, como respuesta a la frustración que les ocasiona la falta de reacción de ella ante la violencia.

Todos estos comportamientos están siendo tratados y estudiados en Sevilla de forma experimental por expertos de la Asociación ante la Violencia Sexual, Agresiones y Abusos (Amuvi), en colaboración con la Junta.

«Los niños son los grandes olvidados, los invisibles del maltrato», dice Pilar Sepúlveda, presidenta de Amuvi.

Al centro «llegan muy nerviosos», explica Beatriz, directora del programa. Tienen entre 6 y 12 años y la gran mayoría han sido testigos de la violencia psicológica, verbal, ambiental e incluso física dirigida contra sus madres.

Ansiedad, miedo, estrés, falta de autoestima, problemas de insomnio y de alimentación, falta de rendimiento e incluso problemas para relacionarse con otros niños son algunas de las secuelas que deja soportar la violencia de género.

Superar el maltrato y el sentimiento de culpa; afrontar la vida de otra manera y evitar que imiten los patrones que han visto en casa son los objetivos de este programa, pionero en España y que se quiere extender en un futuro al resto de Andalucía.

700.000 hijos de la violencia

Se calcula que en Andalucía hay 700.000 niños víctimas o testigos de la violencia de género. Sólo en Sevilla se contabilizan 3.000 menores hijos de maltratadas. Según los expertos, en el 60% de los casos las niñas se convierten en víctimas como la madre, y los niños, en agresores como el padre. Al ser observadores de la violencia, se acostumbran a ella y hacen lo que han visto en sus hogares. Los niños saben que «quien tiene el poder en casa es quien más manda y quien mejor vive», explica Sepúlveda.

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