Ese día usted no fue a clase y acabó en un oficio que lo degrada como ser humano (ahí sí que no se sacó la licenciatura), porque no hay cultura ni arte, ni principio ni sentimientos que justifiquen un oficio tan vil y deshonesto que insulte a la inteligencia humana.
Hay oficios duros, otros menos; hay oficios que aportan el sustento económico a las familias, eso sí, más honestos que el de torero, que aporta mucho en poco tiempo. Soy antitaurina, también licenciada, pero no soy conocida, y además soy madre: es denigrante traer un hijo al mundo, educarlo y que termine metido en la secta del toreo, pudiendo ser un buen abogado, albañil o jardinero; ¡qué más da! Mis lágrimas son para los toros, nunca para los toreros. Yo y muchos más no entendemos de la fiesta torera, no somos tan primarios; son otros tiempos y la España cañí no es lo nuestro.
Las apologías toreras son para los incondicionales del ruedo; eso sí, el señor Barrera jamás morderá la mano que le da de comer, sus apoderados pueden estar contentos. Carmen Pérez Añón.
Que sepa el licenciado Vicente Barrera que Picasso (guste o no su obra) sí era un artista, porque no pintaba con sangre, sino con pintura. En cambio, nunca podrá considerarse como cultura un evento consistente en torturar hasta la muerte a un animal. Si tantas ganas tienen de ver sangre que se corten las venas. Y si para ser cultos debemos asesinar por divertimento prefiero quedarme sin la cultura. Por cierto, un niño no pintará como Picasso, pero para matar sólo hace falta ser un asesino.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios