La ONG Derandein, con la ayuda del Ayuntamiento de Errenteria, trabaja en un plan de asistencia a ancianos en Etiopía

  • La ONG vasca Derandein, con la ayuda del Ayuntamiento de Errenteria (Gipuzkoa), trabaja en un proyecto de asistencia a adultos mayores en Wukro, en el norte de Etiopía, colaborando con la Iglesia Ortodoxa de Saint George. Para las necesidades de asistencia, ayuda y salud mental de los ancianos, se ha obtenido también financiación del grupo Albertia, que gestiona residencias y centros de día, y que ha destinado 12.770 euros a este fin.
Anciano en Etiopía
Anciano en Etiopía
DERANDEIN
Anciano en Etiopía

Según han informado fuentes de Derandein a Europa Press, el Ayuntamiento de Errenteria, que lleva años apoyando diversos proyectos solidarios en África, ha financiado con 3.500 euros este trabajo con mayores en Etiopía.

Esta iniciativa está dirigida a la construcción y equipamiento de un centro solidario de asistencia social con el que se mejorará la alimentación de las 80 personas de edad avanzada (mayores de 60 años) beneficiarias del proyecto, que viven en situación de indigencia. De ellas, casi el 40% son mujeres ancianas.

También se pretende garantizar la higiene y aseo personal de los 80 adultos mayores, a través de la colaboración de 300 jóvenes voluntarios mayores de 15 años (de los cuales 130 son mujeres), a quienes se formará y reforzará sus capacidades en aspectos sociales y solidarios.

SITUACIÓN EN WUKRO

En Wukro, las personas mayores sin recursos tienden a congregarse alrededor de las iglesias. Allí reciben los consejos y el acompañamiento del sacerdote, lo cual resulta algo vital para ellos. También reciben otros beneficios como la seguridad de dormir en un recinto cerrado custodiado por un guarda. Además, muchos domingos obtienen comida que diferentes familias llevan a la iglesia para compartir con ellos.

Las personas mayores de Wukro están cada vez más desatendidas, ya que existe una fuerte tendencia a que los jóvenes emigren en busca de trabajo. Por otro lado, la guerra con Eritrea separó muchas familias y dejó miles de jóvenes heridos y muertos. La mayoría de personas mayores no tiene un hogar en propiedad y, al no tener recursos, terminan viviendo en la calle.

"La situación se agrava si se tiene en cuenta que, al no contar con familiares que se ocupen de ellos, la gran mayoría empeora su situación de salud rápidamente al refugiarse en el alcohol o a consecuencia de las condiciones precarias e insalubres en las que viven", han destacado desde Derandein.

Líderes comunitarios impartirán talleres a los jóvenes voluntarios que servirán de base para lanzar las iniciativas de asistencia social. "Es vital que la población joven entienda que el envejecimiento no es sinónimo de enfermedad, sino una etapa de la vida que para muchos resulta difícil de enfrentar, que sepan darle su lugar, escucharlos, reconocer sus derechos, fomentarles actividades creativas y de enriquecimiento espiritual, ayuda en la integración y convivencia, respeto a su gran poder de evocación y experiencia", han indicado.

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