El barrio parido por holandeses

La historia de El Atabal comienza en Indonesia. Esta urbanización malagueña fue fundada por colonos holandeses que vivieron el final del imperio de este país europeo tras la Segunda Guerra Mundial. Al dejar sus residencias en Asia (también en Liberia, Nigeria y Arabia), se instalaron en la metrópoli, pero pronto empezaron a echar de menos una climatología menos gris y más cercana a la tropical que la de los Países Bajos.

La solución estaba en el sur de Europa, frente al pequeño monte malagueño con forma de tambor árabe puesto del revés (de ahí el nombre ‘Atabal’). El cronista de Puerto de la Torre, Andrés Jiménez, recuerda que aquella zona era conocida como Lomillas antes de que se instalaran allí 50 familias holandesas entre 1964 y 1968. Un grupo de holandeses había comprado 53 hectáreas de terreno por 10 millones de pesetas.

Aquello benefició a Puerto de la Torre. «La mayoría eran jubilados que precisaban de servicios: mujeres para el servicio doméstico, albañiles para construir las casas, jardineros...», cuenta Jiménez. Actualmente, 1.500 personas viven en esta acaudalada urbanización de chalés y grandes jardines. El Consistorio inauguró ayer una escultura en recuerdo de aquellos primeros holandeses. Representa un barco que alude a su viaje desde las colonias a Holanda y Málaga.

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